La trombocitopenia es un padecimiento del funcionamiento inmune del perro y, aunque puede resultar una enfermedad común en estos animales, su diagnóstico suele ser complicado de realizar y a menudo pasa desapercibido en la vida de nuestro canino. 

Cuando nuestro perro debe ser sometido a algún tipo de procedimiento médico, en especial cirugías, suele ser el momento más propicio para el diagnóstico de esta enfermedad. Y es que, ante la perspectiva de una intervención, los exámenes preoperatorios son los indicados y responsables de detectar estas y cualquier otra anomalía que pueda haber. 

A pesar de que suele ser una enfermedad asintomática, hoy te vamos a contar cuales pueden ser los indicadores de que tu perro sufre de trombocitopenia. 

¿Qué es la Trombocitopenia?

Se trata de un padecimiento médico en donde se presenta un nivel de plaquetas en sangre anormal para la vida del perro. Las plaquetas tienen la labor de vigilar cualquier derrame de sangre y deben ser creadas en la médula espinal y liberadas en el flujo sanguíneo. 

Así, la presencia de un bajo número de plaquetas supone un riesgo para la vida del canino y, por supuesto, un peligro si estaba pendiente de enfrentarse a cualquier procedimiento quirúrgico. 

Aunque suele ser una enfermedad asintomática, siempre hay algunas señales que pueden alertarnos. También, se reconocen causas muy variadas de la enfermedad, aunque la más común suele ser un padecimiento inmunológico. 

La trombocitopenia inmunitaria se trata de un error de funcionamiento en el sistema inmune, puesto que el mismo se equivoca en la identificación de las plaquetas, tomándolas como invasoras. Así, procura destruirlas. 

Sin embargo, cuando se da el diagnóstico de trombocitopenia es necesario hacer una revisión y descarte de diferentes enfermedades antes de concluir que pueda tratarse directamente de un proceso inmunológico. 

En cualquier caso, la buena noticia es que esta enfermedad suele tener un muy buen pronóstico de vida y que, con tratamientos adecuados y oportunos, el perro puede llevar una vida normal y sin mayores complicaciones. 

¿Quiénes pueden sufrir esta enfermedad?

Aunque todos los perros están en riesgo de sufrir trombocitopenia, existen algunas razas y rangos de edad un poco más propensos. Por ejemplo, los perros en edad media tienen más riesgos de presentar trombocitopenia primaria, que es el subtipo que no subyace por otra enfermedad. 

También están en mayor riesgo los perros de razas medianas, como los poodle, cocker spaniels y pastor alemán. 

Recordando que uno de los tipos puede ser una enfermedad inmunológica, un grupo especialmente importante son los perros con tendencia a los padecimientos autoinmunes, como es el caso de los cocker spaniels, quienes suelen sufrir de enfermedades como artritis perruna. 

En cualquier caso, no se puede descuidar la presencia de la enfermedad en cualquier raza, tamaño o edad del perro, por lo que la revisión constante en el veterinario y la atención a los síntomas de riesgo, es clave. 

¿Cómo puedo identificar la presencia de trombocitopenia?

Aunque la mayoría de las veces la enfermedad se presenta asintomática, lo cierto es que en algunos casos sí avisa su presencia, solo que los síntomas son confundidos o enmascarados por cualquier otro padecimiento o por la sospecha de algún virus transitorio. 

Si la trombocitopenia se da por la toma de algún medicamento, estos síntomas deberían presentarse solo en el curso del consumo del fármaco y deberían desaparecer cuando el cuerpo pueda restablecerse. 

Algunos de los síntomas son: 

  • Fiebre.
  • Decaimiento (el perro está menos dispuesto a hacer las actividades cotidianas)
  • Sangrado en la orina. 
  • Tos constante. 
  • Moqueo nasal muy frecuente.
  • Soplo cardiaco. 
  • Desvanecimiento.
  • Sangrado en las encías o nariz.
  • Colapso físico (solo en el caso extremo de la enfermedad) 
  • Inapetencia. 

¿Qué hacer en el caso de la enfermedad?

En principio, el diagnóstico debe ser realizado por un médico veterinario, a través de analíticas de sangre que muestren el bajo conteo. A partir de ahí, es necesario realizar una revisión de las posibles causas, enfermedades colindantes e, incluso, de cualquier posible trastorno inmunológico. 

Una vez que se determine cuál es la causa principal de la enfermedad, corresponde determinar cuál es la forma más adecuada de atacar el problema. Si, por ejemplo, se determina que la trombocitopenia está siendo causada por la enfermedad de la garrapata, lo correcto será comenzar por atacar este padecimiento. 

Si se trata de la consecuencia del consumo de un medicamento, deberá evaluarse la necesidad de continuar con ese tratamiento, así como la posibilidad de suspenderlo o alternarlo con otro fármaco. 

Ahora bien, si se trata de una trombocitopenia inmunitaria, corresponde un tratamiento para suprimir y controlar la acción desmedida del sistema inmune, de forma que deje de actuar de manera desmedida en contra de las plaquetas. 

Además de controlar la enfermedad, es necesario ayudar al cuerpo en el restablecimiento de lo perdido, cambiando la dieta del perro, incluyendo suplementos vitamínicos y, en algunos casos, realizando tratamientos de hierro en sangre, para asegurar una mayor efectividad. 

Estilo de vida de un perro con trombocitopenia

Una vez que ha sido determinada la causa del padecimiento y el perro está en tratamiento, puede ser momento de volver a la vida normal. 

A menos que el caso fuera de riesgo, lo normal es que el animal pueda retornar a una vida tranquila, aunque con algunos cuidados. Por ejemplo, el veterinario puede restringir el consumo de determinados alimentos duros o peligrosos, que puedan perforar las encías, estómago o alguna parte del tracto digestivo. 

Recuerda que, a falta de un buen bloqueo de plaquetas, no hay un control real para las hemorragias, por lo que cualquier sangrado leve puede convertirse en un riesgo para el animal. Así también, se hace necesario el cuidado de las actividades físicas de perro, alejándolo de labores y lugares que puedan ser potencialmente peligrosos para su integridad física. 

La prioridad es, siempre, evitar cualquier corte o sangrado que pueda desencadenar en una hemorragia

Por lo demás, es fundamental que al perro se le mantenga en control veterinario frecuente, llevándolo a revisiones, medicándolo y realizándole exámenes periódicos para evaluar la evolución y cualquier riesgo existente.