La criptorquidia es la alteración congénita más común de los testículos de los perros. Es una anomalía sexual congénita que se manifiesta por el descenso incompleto de los testículos hacia la bolsa escrotal. Es considerado como un rasgo autosómico recesivo limitado al sexo, es decir que tanto los machos como las hembras portan dicho gen que puede ser transmitido a su progenie.

Al detectarse, es necesario que el animal sea llevado al veterinario porque podría producirle graves problemas en el futuro, como la aparición de tumor de células Sertoli, seminomas y torsiones testiculares.

El diagnóstico se realiza mediante la palpación y la ecografía, a fin de saber exactamente la posición de los testículos. La cura consiste en realizar un tratamiento quirúrgico para perros criptórquidos

¿A qué edad se manifiesta la criptorquidia en los perros?

A las 8 semanas, el órgano sexual reproductivo de los perros comienza a ser visible, sin embargo, los testículos aún están en el proceso de posicionarse en la bolsa escrotal. Del abdomen, a mitad de camino entre el riñón y el anillo inguinal, es desde donde descienden los testículos; si hay algún inconveniente en este proceso, se producirá la criptorquidia.

Cuando el cachorro tiene 3 meses ya se puede observar el posicionamiento de los testículos en el escroto.

Hay distintos tipos de criptorquidia, entre las que se encuentran la inguinal, la abdominal, intraabdominal y extraabdominal.

También se clasifican por unilateral y bilateral. Se asocia al primer término cuando está involucrado un testículo, mayormente el derecho. Se refiere al segundo, cuando afecta a ambos.

La criptorquidia inguinal sucede cuando uno o ambos testículos no logran llegar a la bolsa escrotal, quedándose en canal inguinal o subcutáneo en la zona de la ingle. La criptorquidia abdominal se da cuando no descienden y se quedan en el abdomen.

Algunas razas de perros son más propensas a la criptorquidia, entre ellos, el Caniche, Yorkshire, Teckel Maltes, Boxer, Pequinés y el Schnauzer miniatura.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento quirúrgico en perros criptórquidos es la única opción para esta anomalía, el cual consiste en la extirpación de los testículos que no han descendido. Para cada tipo de criptorquidia hay un procedimiento específico.

Así, para la criptorquidia abdominal, es necesario la realización de una laparotomía media ventral o prepucial, de la cavidad abdominal. Este procedimiento consiste en abrir las paredes abdominales para proceder a la orquiectomía (extirpación) de uno o ambos los testículos.

Para la criptorquidia inguinal, se realizará una pequeña incisión a nivel local para la orquiectomía. En algunos casos inguinales se ha recurrido a la orquidopexia, que consiste en trasladar el testículo hacia la bolsa escrotal, sin embargo, este procedimiento no es aceptado en medicina veterinaria ya que atenta contra la ética. También, puede provocar mayor probabilidad de desarrollo de neoplasia o torsión del testículo retenido.

En lugar de la convencional laparotomía, la cirugía de mínima invasión, conocida como cirugía laparoscópica, es una alternativa que ofrece grandes ventajas, como una mejor visualización de la estructura durante los procedimientos, una recuperación post-operatoria más rápida y un menor período de hospitalización.  

Extirpación de los testículos

Luego de haber extirpado el o los testículos, es recomendable la orquiectomía o esterilización. Se debe tener en cuenta que al momento de realizar la extirpación es importante la localización de los testículos, pues el procedimiento varía.

En el caso del testículo criptorquidia intraabdominal, se procederá a realizar una incisión abdominal por la línea media ventral o paraprepucial. La localización deberá realizarse siguiendo el conducto deferente o los vasos testiculares desde su extremo prostático.

En los extraabdominales, se utilizará la técnica común de castración, excepto cuando la incisión realizada sobre la piel es directamente sobre el testículo.

Otros tratamientos para la criptorquidia

Algunos veterinarios recomiendan inyecciones hormonales para ayudar a los testículos a descender. Este tratamiento tiene más eficacia dentro de los primeros cuatro meses de vida y cuando el testículo se encuentra fuera de la cavidad abdominal.  Es medianamente eficaz porque la testosterona tiene importancia en la segunda fase, la inguinal, de la migración de los testículos.

Si este mismo tratamiento se realiza cuando el testículo está en función abdominal, será prácticamente nulo el efecto. La terapia mediante masajes, igualmente, puede favorecer el tratamiento de la criptorquidia inguinal.

Cuidados pre-operatorios para perros criptórquidos

Para que la anestesia sea asimilada por el organismo del animal correctamente, este deberá asistir, desde el día de la cirugía, en ayunas.

Es necesario informar al veterinario de los problemas de salud que presente el animal o antecedentes de cirugías. De igual forma, el veterinario deberá saber los medicamentos que ha estado tomando la mascota o si aún sigue en tratamiento.

También, es importante bañar a la mascota para eliminar todo rastro de suciedad y enredos en el pelo; es aún más recomendable afeitar la zona que será sometida a la intervención.

Cuidados post-operatorios para perros criptórquidos

Al realizarse una laparoscopia, los cuidados del paciente no requieren hospitalización posquirúrgica, esto quiere decir que después de la anestesia pueden ser dados de alta. Según sea el caso, será necesaria la analgesia en las próximas 24 horas; no serán necesarios los antibióticos, además, los cuidados de las heridas son mínimos.

Por lo general, las intervenciones de la criptorquidia inguinal son menos complejas, en dos días la mascota ya estará con su ánimo natural; en cambio, si se trata de una criptorquidia abdominal, el tiempo se duplica.

Claro está, si se realiza una intervención quirúrgica más compleja, los cuidados son diferentes a los de la cirugía laparoscópica y deberán ser más minuciosos.

Es importante saber que no hay una manera de prevenir la criptorquidia. Por ello, se recomienda que al momento de la extirpación se haga la esterilización, para que los descendientes no sufran de la misma condición.

Al no remover los testículos, el perro se verá afectado por un tipo de tumor que segrega grandes cantidades de hormonas femeninas, pudiendo padecer el síndrome de feminización.