La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa generada por un parásito llamado toxoplasma gondii. Se transmite al ingerir alimentos contaminados, en especial, carnes crudas y vegetales mal cocidos que poseen dicho parásito. Veamos un poco más en profundidad las características de esta enfermedad y su relación con los gatos.
¿Cómo se desarrolla el proceso infeccioso de la toxoplasmosis?
Los ooquistes se disuelven en la digestión liberando esporozoitos que se distribuyen por las paredes intestinales de los gatos, llegando al intestino delgado y comenzando así la multiplicación de manera asexuada. Dichos ooquistes son expulsados al ambiente por las heces que es lo que genera la cadena epidemiológica. Al ser expulsados se esporulan en un ambiente ideal.
Los bacteriólogos Nicolle y Manceaux descubrieron esta afectación por primera vez analizando las células del hígado y el bazo de un roedor africano. La creencia de que los únicos afectados por este parásito son los felinos es incierta, los animales tanto acuáticos como terrestres, principalmente aves y mamíferos, incluyendo al ser humano, son propensos a contagiarse; sin embargo, los más afectados son los felinos, particularmente los gatos, por ser los únicos huéspedes definitivos que liberan ooquistes al entorno.
Síntomas de la toxoplasmosis en los gatos
Van a depender directamente de la etapa en que se encuentre del ciclo. En la fase inicial enteroepitelial, los síntomas comienzan con vómito, diarrea, fiebre entre 40°c a 41° intermitentemente y pérdida de peso. Los síntomas de la toxoplasmosis se manifiestan con facilidad en gatitos o gatos con el sistema inmunológico débil.
Cuando el gato tiene las defensas bajas y, además, los ooquistes que ha consumido el animal están maduros, los síntomas pueden manifestarse como fiebre y dificultad para respirar.
Los gatos con un sistema inmunológico fuerte, no tienden a demostrar síntomas notablemente graves, pero, al notar cualquier cambio de conducta en ellos, se recomienda llevarlos de urgencia al veterinario.
Mientras la afectación continúe, los síntomas de la toxoplasmosis en los gatos evolucionan de la siguiente manera, comenzando a manifestarse en la fase ciclo extraintestinal:
Compromisos respiratorios: asfixia o ahogo al momento de respirar, aumento de la frecuencia respiratoria, estornudo ocasionando descargas nasales y secreción abundante de mucosidad.
Compromisos digestivos: dolor abdominal, diarrea constante, aumento de la bilirrubina en la sangre ocasionando coloración amarilla en la piel y mucosas, así como afectación del hígado y pancreatitis.
Compromiso neuronal: Disminución de la temperatura, descrita como hipotermia. Contracción auditiva que ocasiona falta de coordinación y/o tortícolis. Somnolencia acompañada de fatiga, dolor en las articulaciones e incluso parálisis de algunos órganos. El aumento de afectividad en el felino lo relaciona con esta afectación.
Compromisos oculares: Irritación y hemorragias en la retina del felino, agudeza visual escasa e inflamación.
Compromisos cutáneos: Ulceraciones como éstas desarrollan la necrosis celular creando lesiones.
Cuidados para evitar la toxoplasmosis en los gatos
La toxoplasmosis no diagnosticada a tiempo o tratada incorrectamente, puede ocasionar la muerte del felino. Los gatos con hábitos callejeros son más propensos a contraer el parásito, debido a la gran contaminación que encuentran en el agua, suelos y alimentos infectados. La clindamicina es el fármaco más utilizado para erradicar el parásito y contrarrestar así sus efectos.
En climas cálidos y húmedos, el parásito es más común, mientras que, en temperaturas altas, sequía o baja humedad, su resistencia es menor. La manera de impedir la proliferación de la toxoplasmosis en los gatos es la prevención; se debe lavar con agua caliente y desinfectar los lugares donde defeca el felino, filtrar el agua antes de su consumo y controlar sus hábitos callejeros. En cuanto detecte alguno de sus síntomas se aconseja encarecidamente acudir a su clínica veterinaria de confianza.
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