Ofreciéndoles el cuidado adecuado, una tortuga puede ser una mascota ideal. Existen muchos tipos distintos de tortugas, y cada especie necesita cuidados específicos para vivir. ¿Estás pensando en elegir a una tortuga doméstica? En este artículo te hablaremos sobre los cuatro tipos de tortugas domésticas más comunes para cuidar en casa, siempre que se puedan respetar sus necesidades.

¿Qué tipos de tortugas domésticas existen?

Es necesario poder diferenciar entre dos clases de tortugas: las tortugas de agua dulce y las tortugas de tierra. Las primeras necesitan vivir en sitios donde puedan encontrar agua, que podrían ser fuentes, peceras, estanques o acuarios. Las segundas, en cambio, precisan de un amplio terrario para dormir y cubrir todas sus necesidades. En ambos casos, será importante que reciban suficiente luz solar y contar con una temperatura ambiente adecuada; las tortugas son reptiles de sangre fría, por lo que necesitan pasar muchas horas cogiendo calor e hibernando en las épocas de frío.

A continuación te contamos cuáles son las tortugas que puedes cuidar en casa siempre que puedas cubrir sus necesidades y asegurarles una buena calidad de vida:

  1. La tortuga de bosque, o “Glyptemys insculpta”, proviene de América del Norte, y es reconocida por su caparazón de color gris y sus patas, vientre y cabeza anaranjados con manchas negras. Tiene unas patas fuertes, y por lo general, los machos suelen ser más grandes que las hembras. Su tamaño ronda los 23 centímetros, y su peso llega al kilo cuando llegan a la adultez. Las tortugas de bosque son omnívoras y por lo tanto se alimentan tanto de plantas, setas o frutos, como de carroña y otros animales invertebrados. Es un animal completamente terrestre en los meses calurosos, y algo más acuática en el invierno.
  2. La tortuga rusa es el tipo de tortuga doméstica más común en las casas. Tiene un caparazón de color oscuro y algunas manchas más claras y redondas. Sus patas y cabeza también son de color claro, y cuentan con unas uñas de las patas trasera bastante desarrolladas. Este tipo de tortuga puede medir hasta 22 centímetros aproximadamente. La tortuga rusa tiene una vida larga, pudiendo llegar a los 40 años de forma salvaje, y los cien en cautiverio. Es una tortuga con una muy buena vista, capaz de reconocer personas y olfatear para conseguir sus alimentos.
  3. En ríos con caudales reducidos, lagos o pozos, a veces es común encontrar a la tortuga pintada, otra excelente candidata para poder criar en casa. En España, ha sido incluso considerada como “especie invasora”. Su caparazón, con un llamativo diseño de rayas amarillas y rojas, puede llegar a medir 25 centímetros. Su piel normalmente es de color verde intenso u oscura, con algunas líneas de color naranja o amarillas. Son una especie longeva, capaz de llegar a vivir unos 25 años. En cuanto a las necesidades ambientales, necesitan un buen estanque y una temperatura agradable.
  4. La tortuga de orejas rojas es otra de las más conocidas en los hogares. Suelen vivir siempre en el agua y es famosa por las dos franjas rojas que tiene a cada lado de su cabeza, lo cual hace honor a su nombre. Puede llegar a medir unos 30 centímetros de largo, y las hembras, por lo general, son más grandes que los machos. Viven alrededor de 40 años y necesitan tanto humedad como contacto solar directo, para subir su temperatura corporal. Es, además, una tortuga reconocida por su buena capacidad de nadar y suelen hibernar durante el invierno en el fondo del agua.

Si piensas tener a la tortuga de orejas rojas en casa, deberás estar muy atento a ella, ya que tiene facilidad para contraer infecciones . En cuanto a su alimentación, también es omnívora, y come plantas, insectos, verduras o frutas.