Originario de Irlanda a inicios del siglo XVIII, el setter irlandés es una raza de perros criados inicialmente como ayudantes en las labores de caza y adiestrados para encontrar a la presa. En la actualidad, su crianza a nivel mundial está orientada a la compañía del hogar.
De gran nobleza y energía, además de su belleza particular, el setter irlandés posee algunos rasgos característicos que resulta muy importante conocer. En las siguientes líneas, te contamos algunas particularidades de este amistoso animal, así como algunos consejos sobre su cuidado en casa.

Un estupendo perro de compañía

El setter irlandés es una raza de perros muy apreciada por su garbo y postura. El característico color caoba de su pelaje es su sello distintivo, de hecho, en varios países del mundo es conocido por el nombre de red setter, aunque, en realidad, esta es una variante de su raza.
Fiel, alegre, inteligente y amistoso, el setter irlandés está dotado de gran potencia y energía, siendo una gran compañía especialmente en la práctica de los deportes de atletismo o en actividades que involucran esfuerzo físico.
Por su natural instinto de perro de caza, este animal disfruta mucho de realizar actividades al aire libre, jugando y corriendo aun en su edad adulta. Su comportamiento alegre y juguetón se debe a que mantiene el entusiasmo propio de los cachorros durante gran parte de su vida.

Características del setter irlandés

El setter irlandés tiene una esperanza de vida de alrededor de 12 años. En su edad adulta, llegan a alcanzar una altura promedio de entre 60cm y 65cm en el caso de los machos y entre 55cm y 60cm en el caso de las hembras.
Poseen una cabeza delgada y alargada, con el cráneo ovalado y un hocico de profundidad moderada. Sus orejas son caídas y de inserción baja; sus ojos son medianos y de color marrón oscuro.
Su cuerpo, por lo general, es bien proporcionado y de contextura atlética. En cuanto a su peso, los machos llegan a pesar, en promedio, entre 20kg y 30kg, mientras que las hembras suelen pesar entre 18kg y 25kg.
El color de su pelaje es un rasgo característico en el setter irlandés: rojo caoba o marrón oscuro, similar a la de los pequeños cocker spaniel. Su pelaje es corto y fino en el área de la cabeza y en la parte delantera de sus patas, siendo un poco más largo en el resto de su cuerpo.
Esta raza de perros puede llegar a desarrollar una enfermedad similar a la enfermedad celíaca en los seres humanos, denominada enteropatía sensible al gluten. Además, algunos ejemplares son también propensos a padecer displasia de Cadera, atrofia progresiva de retina, torsión gástrica, deficiencia canina de proteína de adhesión leucocitaria o granulocitopatía canina, infección al oído y epilepsia.

Alegres, resistentes y con mucha energía

Su gran energía y resistencia física son dos de los rasgos más destacados del comportamiento clásico del setter irlandés. Por su naturaleza juguetona, son perros que se divierten mucho interactuando con los niños; además, a esta raza canina les fascina demostrar afecto a sus cuidadores todo el tiempo.
La alegría es otra característica muy pronunciada de su carácter, por lo que su relación con otros animales del hogar suele ser muy buena. Su comportamiento infantil se debe a que son perros que maduran tardíamente, por lo que resulta conveniente adiestrarlos desde que son cachorros para evitar cualquier tipo de problemas de conducta cuando son adultos.
En esencia, el setter irlandés es una raza de perros ideal para tenerla como animal de compañía: tiene bajo nivel de agresividad, no es territorial y tiende a tener muy buen carácter a lo largo de su vida. Su conducta cariñosa y sociable lo convierte en un fiel compañero, más que un protector o defensor de casa.

Cuidados del setter irlandés

Si estás interesado en adoptar a un setter irlandés, deberás saber que son perros que necesitan un gran espacio para vivir y contar con áreas extensas para correr y sentirse libres. No se recomienda criarlos en apartamentos o espacios reducidos ni tampoco en zonas urbanas o con densidad de tráfico.
Es necesario mantener bien cuidado su pelaje, cepillándolo al menos una vez por día para mantenerlo brillante y sin enredos. Aunque puede resultar suficiente bañarlos al menos una vez al mes, la frecuencia va a depender de su actividad diaria. Se recomienda utilizar champú especializado para su baño.
Su alimentación debe de ser de calidad para mantener su nivel de energía y favorecer el brillo de su pelaje. Pueden ser de dos a tres raciones de comida equilibrada al día, con pienso energético y digerible. De preferencia, se debe evitar piensos a base de trigo y maíz, a fin de evitar los problemas de salud a los que son propensos. Existen buenos productos a nivel comercial, preparados especialmente para esta raza de perros.
Con el fin de garantizar su buena salud y calidad de vida, se recomienda llevarlo al veterinario con cierta periodicidad; de esa forma, será posible detectar cualquier problema de salud o patología a tiempo. El veterinario determinará las vacunas necesarias que se le deberán aplicar al animal.
Debido al temperamento incansable y distraído del setter irlandés, es necesario un entrenamiento constante y disciplinado. El ejercicio diario y el adiestramiento metódico y paciente desde que son cachorros, ayudarán a forjar su carácter y a garantizar su crecimiento pleno.
Desde hace muchas décadas, el setter irlandés es uno de los perros de caza más valorados a nivel mundial. Esta raza, que posee características únicas para desempeñar su trabajo en cacerías, ha logrado adaptarse muy bien a la vida dentro de una familia.
Si estás animado a adoptar un setter irlandés, te recomendamos acudir a un criador experimentado que te brindará toda la información y consejos necesarios para su cuidado. Estamos seguros que esta adorable raza de perros puede ser la compañía ideal para tu hogar.