Es un hecho: el cambio climático acorrala a los reptiles y anfibios más singulares de España. La llamada herpetofauna, está muy ligada a sus hábitats y zonas de reproducción debido a su escasa movilidad, lo que les hace muy sensibles a cualquier alteración de su entorno: incluyendo su destrucción, alteración o contaminación.
Según el Catálogo Español de Especies Amenazadas, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el reto demográfico, actualmente ocho especies de reptiles y dos de anfibios figuran en la categoría “en peligro de extinción”. Las malas prácticas de la civilización están acelerando el declive de la biodiversidad y el cambio climático, pero los anfibios y reptiles tienen algunas características propias que los hacen más sensibles que a las alteraciones ambientales.
Reptiles en peligro de extinción en España
Tortuga mediterránea
La tortuga mediterránea (Testudo hermanni) es un reptil herbívoro de hábitos diurnos que puede alcanzar en longevidad al ser humano. Junto a la tortuga marginada (Testudo marginata) es la única tortuga terrestre de distribución íntegramente europea.
Esta especie presenta una de las distribuciones geográficas más exclusivas de Europa Occidental, ya que en la actualidad solo pueden encontrarse en Cataluña, Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.
En Cataluña, los ejemplares de esta especie en peligro de extinción están localizados en los parques naturales del Garraf, Delta del Ebro, la Sierra de Irta y Montsant; el Paraje natural de l’Albera y en la Sierra de Llaberia.
La única población natural que se conserva es la de L’Albera y la estrategia de conservación pasa por impulsar la inserción de nuevas poblaciones dentro del área de distribución histórica de esta especie gravemente amenazada.
La tortuga mediterránea avanza hacia su extinción por la destrucción de su hábitat, muy amenazado por los incendios forestales, y por la captura de ejemplares, desgraciadamente destinados al tráfico ilegal de mascotas.
Galápago europeo
Catalogado como especie vulnerable, el galápago europeo, Emys orbicularis, continúa en grave declive en nuestro territorio. La destrucción de su hábitat, el aislamiento geográfico, las especies invasoras y el expolio se encuentran entre los principales motivos que hacen de esta especie el reptil más amenazado de la Comunidad de Madrid.
A pesar de que esta especie de agua dulce está catalogada como “casi amenazada” por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN), las organizaciones medioambientales luchan para lograr su inclusión en el grupo “en peligro crítico” porque prácticamente ha desaparecido de muchas de las regiones que formaban parte de su distribución natural. Por su situación especialmente grave en la Comunidad de Madrid, el catálogo regional etiqueta al galápago europeo como una especie en peligro crítico de extinción.
Lagarto gigante de La Gomera
El lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana) es un reptil exclusivo de esta isla canaria en peligro de extinción. Endémico de La Gomera, se consideraba extinto hasta 1999. El redescubrimiento de una población muy pequeña en los acantilados de La Mérica (Valle Gran Rey) confirmó que la especie vivió en la zona central e inferior de la isla de La Gomera en un pasado muy reciente.
Además de la población del risco de Mérica, actualmente en el centro de recuperación de la especie trabaja en su reinserción bajo la supervisión del Cabildo Insular de La Gomera.
El lagarto de Gran Canaria
El mayor entre los reptiles del archipiélago, el lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini) es una reliquia biológica que llegó a conocer a los dinosaurios y que puede alcanzar los 80 centímetros de longitud.
A pesar de que se han documentado esqueletos de ejemplares extintos de la familia Gallotia que han llegado a superar el metro de longitud en Tenerife y El Hierro, el lagarto de Gran Canaria es el más notable en tamaño, un reptil digno de reconocimiento.
Lagarto gigante de El Hierro
La reserva natural integral de los Roques de Salmor (Isla del Hierro) está incluida en una de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y acoge vegetación exclusiva de la Macaronesia (nombre que reciben los cinco archipiélagos del Atlántico Norte; Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes) resistente a la salinidad.
Estos peñascos solían ser el refugio del Lagarto Gigante de El Hierro (Gallotia Simonyi), reptiles gigantes que desaparecieron y de los que tan solo se conservan algunos ejemplares disecados en museos.
A pesar de la desaparición de su pariente, los Roques de Salmor pueden ser ahora el hogar para el nuevo Lagarto gigante de El Hierro (Gallotia Simonyi Subespecie Machadoi), ya que el Cabildo herreño ha reintroducido decenas de ejemplares criados en el centro de recuperación de esta especie única en el mundo y catalogada en peligro de extinción.
El lagarto gigante de El Hierro mide unos 60 centímetros y puede alcanzar un peso de casi medio kilogramo.
El plan de conservación sobre reptiles más representativo hasta la fecha es el realizado con este lagarto, que ha sido financiado con fondos LIFE (El único instrumento financiero de la Unión Europea dedicado de forma exclusiva al medio ambiente).
Lagartija aranesa
Este pequeño reptil (Iberolacerta aranica) habita las zonas por encima del nivel natural del arbolado, en áreas de montaña, entre los 1.940 metros a los 2.540 metros. Muestra preferencia por los sustratos rocosos y áreas dispersas caracterizadas por un periodo libre de nieve muy corto y condicionado por las horas de luz.
Como especie adaptada a la vida en la alta montaña, estos animales están muy expuestos a las modificaciones propias del cambio climático. La influencia del ser humano y los cambios que este provoca en el clima, pueden condicionar el comportamiento de estos animales, ya que debido a la altura, las precipitaciones en forma de nieve pueden caer de forma esporádica en cualquier momento del año, incluyendo los meses de julio y agosto.
El proceso conocido como calentamiento global derivado del cambio climático, traerá como consecuencia eventos de tiempo extremadamente cálido y extremadamente frío, por lo que la influencia de esta transición climática en la que se halla inmerso nuestro planeta afecta especialmente a estos ecosistemas tan exclusivos.
La lagartija aranesa irá retrocediendo cada vez más hacia las cumbres pirenaicas, reduciendo la superficie que ocupan y aumentando el aislamiento conforme estos animales se retiren hacia los picos más altos.
Anfibios en peligro de extinción en España
Tritón del Montseny
Las primeras poblaciones del Tritón del Montseny (Calotriton arnoldi) fueron descubiertas en 1979, pero no fue hasta 2005 cuando se confirmó que se trataba de una especie nueva, con dos subespecies -la oriental y la occidental-, lo que convierte a este pariente de la salamandra en el único vertebrado endémico de Cataluña.
En los últimos años, la población de tritones autóctonos ha disminuido rápidamente, convirtiéndose en el anfibio más amenazado de Europa Occidental, siendo una de las especies que figura en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie en peligro crítico de extinción.
Hoy en día, existen tres centros de cría de esta especie en Cataluña, en Pont de Suert, Torreferrussa y el Zoo de Barcelona.
Sapillo balear
El sapillo balear o “ferreret” (Alytes muletensis) es un pequeño anfibio endémico de las Baleares, en concreto de Mallorca.
La ciencia supo de la existencia de este animal a través de paleontólogos. En 1977, se describió este anfibio mediante el estudio de unos restos óseos del Plioceno-Holoceno descubiertos en unas cuevas.
Extinguido en la isla de Menorca desde la colonización romana, solo se han encontrado restos óseos, ya que durante la conquista de lo que más tarde se llamaría Hispania, los romanos introdujeron depredadores que lo exterminaron.
Dado su descubrimiento en la cueva de Muleta se le nombró como Baleaphryne muletensis en consecuencia. Sin embargo, los payeses de la Sierra de Tramuntana tenían ya conocimiento de un pequeño anfibio conocido popularmente como “ferreret”, ya que su canto se asemejaba a los golpes de un herrero trabajando el metal.
La sabiduría popular motivó la búsqueda de un animal que se pensaba extinto y que culminó en 1980 con la descripción para la ciencia de ejemplares localizados en los torrentes montañosos del norte mallorquín.
Por diversos motivos, el sapillo balear siempre ha estado en peligro; un hongo que parasita su piel y responsable de una enfermedad denominada quitridiomicosis, fue la última amenaza para la especie.
¿Conocías estos reptiles y anfibios en extinción? Recuerda: respeta la fauna local allá a donde vayas.