Si todavía no sabes lo que es exactamente la colombicultura, estás en el lugar adecuado. La colombofilia o colombicultura (del latín columba, paloma y del griego φιλία, filia) consiste en la crianza y el adiestramiento de palomas para convertirlas en aves mensajeras, capaces de volver a su palomar tras finalizar el vuelo. Hoy en día, esta tradición cultural de muchos países no tiene como finalidad llevar mensajes, sino recorrer un trayecto a la mayor velocidad posible mediante relojes especiales.
Historia de la colombicultura
El primer concurso con palomas que se conoce tiene fecha del 15 de junio de 1820. En esa época es también cuando diferentes ejércitos en Europa establecen la aplicación militar de las palomas mensajeras, conocido como colombofilia militar que tuvo su auge durante la Primera Guerra Mundial. Al terminar la Segunda Guerra Mundial se abandonó casi completamente el uso de palomas mensajeras a favor de las telecomunicaciones modernas.
En un contexto más artístico, la colombofilia tuvo su apogeo durante el siglo XIX, siendo utilizada como temática en la pintura costumbrista de muchos pintores y como imagen en los sellos para el envío de cartas. La colombofilia es en la actualidad una minoría dentro de la filatelia (la colección de sellos y sobres), pero en algunos lugares aún se siguen enviando unas pocas cartas y documentos por este medio.
Hoy en día las competiciones más largas se llevan a cabo desde la ciudad de Barcelona hasta el norte de Holanda, lo que son aproximadamente unos 1100 km de carrera.
Como deporte, el país que cuenta con mayor número de licencias es China, seguido de Alemania, Bélgica, Polonia, Reino Unido y Países Bajos. Fuera de Europa también se pueden encontrar otros países donde se practica la colombofilia, aunque a menor escala, como en México y zonas de Sudamérica.
Y por si fuera poco, existe también una Olimpiada Colombófila, en la que históricamente España ha ocupado el décimo puesto a nivel mundial.
La colombicultura en España
En España el primer palomar militar hallado data de 1879, y en la actualidad, los palomares militares están dentro del Servicio Colombófilo Militar (SCM), encargado de regular la posesión y utilización de palomas mensajeras dentro del territorio español.
El número de licencias en España en 1999 era de aproximadamente 4.200, con 320.000 palomas, teniendo en cuenta que el SCM poseía cinco palomares con más de seiscientas palomas. También en el territorio español, las Islas Canarias es uno de los principales focos para los aficionados de las palomas, sobrepasando el 40% del total de licencias del país, seguido de las Islas Baleares con un 25%. En las Islas Canarias la abundancia de practicantes se debe a la fuerte influencia que el Reino Unido ejerció en el territorio durante el siglo XIX.
Existen distintos tipos de palomas mensajeras que se conocen como “razas” y que por lo general llevan el nombre del criador que las ha desarrollado, logrando mantener las características de la raza a través de las generaciones.
Se pueden distinguir razas aptas para carreras de corta distancia, denominadas “palomas de velocidad” (de 100 hasta 250 km aproximadamente), otras llamadas “palomas de medio fondo” (de 300 a 450 km) otras como “palomas de fondo” (de 500 a 800 km) y finalmente razas aptas para volar en carreras con grandes distancias, conocidas como “palomas de gran fondo” (700 a 1200 km).