A pesar de que los especialistas opinan que la peligrosidad de un perro no está vinculada a su raza sino a su conducta agresiva, existe un real decreto en nuestro país que cataloga como perros potencialmente peligrosos – PPP a una serie de perros de determinadas razas y que cumplen con una serie de características físicas y de comportamiento.
¿Cuáles son las razas de perros consideradas potencialmente peligrosas en España y cuál es la normativa que deben seguir los propietarios para su tenencia? Para responder estas y otras interrogantes, te hemos preparado este artículo.
Los perros potencialmente peligrosos en España
De acuerdo a la Ley de Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos, en España existen ocho razas de perros considerados como potencialmente peligrosos: Pitbull terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo argentino, Fila brasilero, Tosa Inu y Akita Inu.
No obstante, también se consideran PPP los cruces de estas razas, las que muestran agresividad hacia las personas y las que cumplen las siguientes características físicas:
- Musculatura fuerte.
- Aspecto poderoso robusto.
- Configuración atlética.
- Agilidad, vigor y resistencia.
- Marcado carácter y gran valor.
- Pelo corto.
- Perímetro torácico comprendido entre 60cm y 80cm.
- Altura a la cruz de entre 50cm y 70cm.
- Peso superior a 20kg.
- Cabeza voluminosa, cuboide y robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas.
- Mandíbulas grandes y fuertes.
- Boca robusta ancha y profunda.
- Cuello ancho, musculoso y corto.
- Pecho macizo, ancho, grande y profundo; costillas arqueadas y lomo musculado y corto.
- Extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas; extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas, formando un ángulo moderado.
También, están considerados como PPP aquellos que hayan protagonizado agresiones a personas o animales. Así, todos aquellos animales, independientemente de que estén dentro de las razas indicadas, pasan a ser potencialmente peligrosos si han protagonizado un ataque a una persona u otro animal y exista una denuncia de por medio.
La tenencia de esta especie de animales viene regulada de forma específica a través de esta ley de carácter estatal de animales potencialmente peligrosos, la cual refiere que es necesario contar con una licencia administrativa que conceden los ayuntamientos en donde resida el propietario y que, para solicitarla, ha de cumplir una serie de requisitos.
Requisitos a cumplir por los dueños de perros potencialmente peligrosos
Quienes deseen adoptar a un perro catalogado como potencialmente peligroso deben acudir al ayuntamiento para obtener la licencia para la tenencia de animales potencialmente peligrosos. También, necesitarán un seguro de responsabilidad civil que cubra daños a terceros por un valor no inferior a 120 mil euros.
Cualquier persona mayor de edad y carente de antecedentes penales puede disponer de la licencia, la cual tendrá validez durante cinco años; además, el perro deberá usar bozal en la vía pública y una correa no superior a los 2mts. Asimismo, el propietario nunca deberá pasear a dos perros PP a la vez.
En resumen, los dueños de perros potencialmente peligrosos deberán:
- Inscribir al animal en el Registro Municipal de Animales Potencialmente Peligrosos.
- Tramitar la licencia para perros potencialmente peligrosos y renovarla cada cinco años. Esta licencia deberá ser solicitada durante los primeros tres meses de tenencia del animal o a partir del año de nacimiento.
- Contratar un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros, con una cobertura mínima de 120.000 euros y que cubra posibles lesiones corporales y/o daños materiales que el perro pudiera ocasionar.
- Gestionar un certificado de capacidad física en los centros de reconocimiento médico, así como un certificado de aptitud psicológica que compruebe que no se tiene ninguna enfermedad o deficiencia de carácter psíquico o psicológico.
De acuerdo a la ley, cada vez que el dueño saque a pasear a su perro, deberá llevar consigo la licencia respectiva, que es propia e intransferible. El cuidador, además, deberá informar a las autoridades pertinentes el fallecimiento, la pérdida o el robo del animal, en un plazo no mayor a las 48 horas de producido el hecho.
Perros potencialmente peligrosos: ¿Una cuestión racial?
En nuestro país, la forma de definir a los perros como potencialmente peligrosos está basada en la raza o el cruce de razas específicas. Esta generalidad hace que las personas perciban a un perro grande y robusto como peligroso, cuando no necesariamente es así.
Los expertos refieren que no es posible identificar la agresividad de un perro por su raza o morfología, sino más bien por la agresividad que manifiesta, siendo la agresividad un problema mucho más complejo y multifactorial.
Las conductas agresivas que manifiestan los perros se producen como consecuencia de miedos y ansiedades. Así, los perros suelen reaccionar violentamente al sentirse amenazados, actuando de forma agresiva como respuesta al castigo o para defender aquello que consideran como su territorio.
Características genéticas y el ambiente en el que son criados, son condiciones fundamentales que determinan la agresividad de un animal, de ahí la principal crítica a la normativa, ya que ésta considera como PPP a aquellos perros que pertenecen a ciertas razas específicas o que poseen aspectos morfológicos determinados.
De esa forma, bastaría con que un perro sea equilibrado genéticamente, que sea criado en un ambiente sano y que esté bien adiestrado por su dueño, para que no sea peligroso. El vínculo que genere con su cuidador es esencial para que el animal tenga un buen carácter en el futuro.
Es por ello que los veterinarios insisten en el periodo de socialización por el que deben pasar los perros cuando son cachorros, lo que le permitirá al animal tener experiencias positivas con personas de todas las edades, con otros animales y con el ambiente en general.
Este periodo de socialización debe realizarse antes de las doce semanas de vida del perro; así, el cachorro logrará considerar como normal la interacción con su entorno. La ausencia de este tipo de experiencias positivas a temprana edad genera desconfianza, miedo y agresividad en el animal.
Además de las ocho razas de perros considerados como potencialmente peligrosos por la ley, las características físicas que se incluyen en la misma hacen que también sean consideradas como peligrosas otras razas como el dogo de burdeos, el bóxer o el mastín napolitano, entre otras.
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