Ya sea por diversión, aburrimiento o solo para llamar la atención, es común que los perros tiendan a perseguir su cola repetidas veces al día. Esta suele ser una actitud natural en estos animales, en especial cuando aún son cachorros. No obstante, en ciertas ocasiones este comportamiento puede indicar algún problema que precisa de una atención más especializada e inmediata.
¿Por qué los perros se persiguen la cola?
Es preciso tener en cuenta que esta conducta es frecuente en los cachorros cuando han sido separados de su manada. Al nacer y durante sus primeros meses de vida, los cachorros se acostumbran a vivir y jugar con los otros miembros de su manada, por lo que, al separarlos de ella, encuentran una nueva manera de divertirse al perseguirse su propia cola.
Esta acción se intensifica cuando los cachorros no interactúan con frecuencia con los miembros de la familia o cuando no hay otras mascotas en casa con quienes jugar. El perseguir su propia cola, en estos casos, puede considerarse como una actividad natural de por sí y no debería significar preocupación alguna.
¿Cuándo perseguirse la cola puede considerarse una actitud compulsiva?
Ahora bien, cuando esta actitud está presente en el perro adulto y se realiza de forma muy habitual, podría tratarse de un trastorno obsesivo compulsivo, que en el caso de los perros se denomina desorden canino compulsivo y que habría desarrollado el animal durante su etapa temprana. En estas circunstancias, se necesita de un diagnóstico veterinario a fin de confirmar o descartar esta condición.
Las mascotas que padecen de desorden canino compulsivo pueden perseguir su cola de forma constante, seguir las luces o las sombras, pararse de forma errática o caminar de manera reiterativa. Los especialistas consideran al maltrato, la ansiedad, el encierro o al alejamiento temprano de sus madres, como algunos de los motivos que pueden estar detrás de este tipo de comportamientos.
¿Influyen los factores genéticos en este tipo de comportamientos?
Existen diversos estudios que dan cuenta de que la persecución de la cola puede estar determinada por las razas, lo que confirmaría una predisposición genética. Así, el bull terrier o el pastor alemán serían las razas más propensas a realizar este comportamiento.
Los análisis dan cuenta que estas razas tienden a perseguir su cola de forma repetida ya que les proporciona una recompensa psicológica que les genera una sensación de bienestar y relax, en especial cuando se sienten frustrados y estresados.
Existen otras razones relacionadas a este acto compulsivo, como la falta de relación con otros perros o el aburrimiento por la falta de actividad. También, se dan casos de perros que persiguen su cola por alguna causa física, como la presencia de heridas, la picadura de pulgas o por la inflamación de las glándulas anales.
En todos los casos, lo mejor es llevar al perro a una consulta veterinaria; el especialista determinará la causa exacta de este comportamiento y establecerá las pautas para corregir esta actitud reiterativa.
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