Perseguir una pelota es una de las actividades favoritas de los perros. Normalmente, es un juego inofensivo que les permite divertirse mientras ejercitan su cuerpo y sus sentidos ¿verdad?. Pero lo cierto es que muchos dueños de perros pueden empezar a notar que sus mejores amigos se están volviendo cada vez más obsesionados con este juego. Les cuesta parar y parecen casi adictos a jugar a buscar la pelota.

¿Sientes que es el caso de tu perro? Veamos a qué puede deberse.

Cómo saber si tu perro está obsesionado con su pelota

Los perros sanos suelen estar motivados para hacer ejercicio, salir a caminar, interactuar con otros perros o personas, jugar con sus juguetes, estar cerca de sus seres queridos, entre muchas otras cosas. Sin embargo, cuando los perros se obsesionan con su pelota, parece que es lo único que les puede traer alegría.

Así es como debería ser una relación normal entre un perro y su pelota:

  • Les muestras una pelota y parecen emocionados y ansiosos por jugar.
  • Lanzas la pelota, te la devuelven. Si otro perro entra a jugar, tu perro puede sentirse un poco celoso, pero no se vuelve agresivo.
  • Tras un rato, tu perro comienza a mostrar signos de cansancio.
  • Si decides detener el juego y guardar la pelota, tu perro no muestra signos de ansiedad. Al contrario, se ve relajado y listo para descansar.

Sin embargo, un perro obsesionado te exigirá permanentemente que le sigas tirando la pelota. No mostrarán signos de cansancio incluso si han hecho ejercicio durante mucho tiempo. También puedes notar otros comportamientos extraños que nunca antes habías visto en tu perro. Estos incluyen: hiperactividad, taquicardia, ladridos y lloros excesivos.

¿Por qué mi perro está obsesionado con su pelota?

Para entender por qué algunos perros son adictos a la pelota, necesitamos entender qué causa en sus cerebros esta actividad aparentemente trivial. Perseguir la pelota despierta el instinto cazador de nuestras mascotas.

Si bien tu perro no necesita buscar su alimento para sobrevivir, debemos tener en cuenta que la caza es un comportamiento instintivo en ellos. Los comportamientos instintivos son habilidades innatas que se producen como resultado de un estímulo específico y que no se aprenden. Cuando les lanzamos la pelota, estamos recreando artificialmente el contexto de una cacería. El juego permite que el perro ejercite sus sentidos, instintos y fuerza corporal. Una vez que han alcanzado a su presa, pueden disfrutar del ansiado premio, que en este caso es una pelota.

Sin embargo, a diferencia de sus antepasados ​​en la naturaleza, tu mascota no ha pasado hambre durante días ni ha cazado durante horas en condiciones climáticas adversas. Naturalmente, se ha esforzado bastante menos para conseguir su objetivo y la pelota no les produce grandes satisfacciones. Esto podría explicar por qué se sienten motivados a repetir este patrón una y otra vez, buscando la satisfacción que no encuentran.

Como ocurre con casi todos los problemas de comportamiento, la obsesión por la pelota suele estar relacionada con la educación, la rutina y el estilo de vida del perro. Si tu perro comienza a mostrar signos de sobreexcitación, seguirás tirándole la pelota porque crees que se lo está pasando bien. Sin embargo, al hacerlo, estarás reforzando el comportamiento obsesivo sin saberlo. En cierto modo, le estás enviando a tu perro el mensaje de que está bien estar sobreexcitado y comportarse de manera hiperactiva al recompensarlo con lanzarle la pelota nuevamente.

¿Qué hacer si mi perro está obsesionado con la pelota?

La obsesión por la pelota no debe subestimarse ni ignorarse, ya que representa un riesgo para la salud física y mental del perro. Por lo tanto, debes actuar tan pronto como notes alguno de los síntomas que se mencionan anteriormente.

Lo primero que debes hacer es dejar de jugar con la pelota. Al continuar, solo estarás reforzando su comportamiento obsesivo. Sabemos que puede parecer cruel privar a tu mejor amigo de algo que tanto disfruta. Pero recuerda que si el juego se convierte en una obsesión, sus efectos dejan de ser positivos.

Lo mejor que podemos hacer por ellos es dejar de alimentar su obsesión y consultar a un profesional capacitado para que nos ayude en su tratamiento. Lo ideal es que consultes con un veterinario o un educador canino que pueda ayudarte y orientarte sobre cómo tratar este problema de conducta.