La otitis representa una de las enfermedades más comunes en los perros y puede convertirse en un padecimiento grave si no se toman los cuidados necesarios. No obstante, siguiendo el tratamiento oportuno, esta enfermedad no representa mayor complicación, excepto por lo incómodo que se vuelve para nuestra mascota.
Precisamente, para evitar que se convierta en una enfermedad grave, hoy vamos a conocer en profundidad de qué se trata la otitis y cómo podemos detectarla a tiempo.
¿Cómo se manifiesta la otitis en perros?
Motivo de consulta común en las clínicas veterinarias, la otitis canina suele ser una enfermedad bastante tratable y, por lo general, cuando se detecta a tiempo no configura mayor riesgo para la salud del animal.
Constituye una enfermedad del oído que influye sobre distintas partes de la anatomía del mismo, y que se puede dar como consecuencias de diferentes factores tanto propios de nuestra mascota como del ambiente en donde se desenvuelve.
Esta inflamación interrumpe el funcionamiento correcto del sistema auditivo del perro, generando dolor y sorderas parciales durante el tiempo que dura el padecimiento.
¿Por qué les da otitis a los perros?
Podemos explicar las causas de la otitis de muchas formas, puesto que se involucran diferentes factores en el sufrimiento del perro. Así, nuestra mascota puede sufrir otitis debido a:
Infección: La otitis puede generarse como consecuencia de alguna infección por el rascado, una herida cercana al oído o el contacto con algún animal infectado. También, afecta la presencia de algunos hongos que crecen e inflaman el conducto auditivo.
Alergias: A veces, la otitis se puede desencadenar como respuesta alérgica a algún alimento o producto tópico que se le haya administrado al perro. Básicamente, la alergia deviene en una infección que termina por inflamar el oído.
Elementos extraños dentro del oído: Los perros que están en constante contacto con la naturaleza o a quienes no se les asean los oídos de forma asidua, pueden terminar con otitis por restos de grama, de espigas o de bastoncillos en el canal auditivo.
Clima y humedad: Durante la etapa de verano aumenta la probabilidad de que el perro desarrolle otitis; esto, relacionado con el aumento de la temperatura, que configura un clima propicio para la proliferación de bacterias y hongos.
Predisposición: Existen algunos factores que se encuentran en determinados perros y que son clave para la presentación de la enfermedad, como, por ejemplo, las características anatómicas como los conductos auditivos muy largos, las orejas caídas, mucho pelaje en la zona o la humedad en el área.
Aunque de por sí estos factores no condicionan la aparición de la enfermedad, sí la hace más factible en los perros que cumplen estas características.
Tipos de otitis
El tipo de otitis que presenta el animal y su nivel de gravedad van a depender del área que ha sido afectada en el oído. Así, se pueden presentar las siguientes tipologías:
Otitis externa: Es la más común y sencilla de diagnosticar; se trata de una afección en la parte del pabellón y conducto auditivo externo, que se trata con bastante facilidad.
Otitis media: Acercándose un poco más al área del tímpano, resulta un tanto más compleja de tratar y requiere de un diagnóstico mucho más efectivo para evitar complicaciones futuras.
Otitis interna: La tipología más grave, que afecta todas las estructuras internas, como los conductos, la cóclea e, incluso, puede llegar a afectar las estructuras nerviosas que conectan con el cerebro y eventualmente llevar la infección hasta esa zona. La mayoría de las veces, esta otitis es la consecuencia del descuido, o de una otitis externa que no se trató correctamente y se fortaleció.
¿Cómo reconocer la otitis en nuestra mascota?
Uno de los puntos clave de esta enfermedad es detectarla en sus primeras etapas, es decir, cuando se trata de una otitis externa, para evitar su avance y complicación.
Por ello, debes estar atento a la presentación de los siguientes síntomas:
- Piquiña en los oídos, que se manifiesta por un rascado constante, que muchas veces deviene en quejidos de dolor.
- Cabeza ladeada hacia el oído que está afectado.
- Dolor, manifestado por quejidos constantes.
- Mal olor proveniente del área de la cabeza y que se identifica mucho más en el área el oído.
- Inapetencia.
- Fiebre.
- Cambios en el comportamiento.
- Sacudidas frecuentes de la cabeza.
- Enrojecimiento del pabellón de la oreja.
Ante cualquier aparición de estos síntomas en el perro, lo mejor es llevarlo a una consulta veterinaria lo más pronto posible.
Complicaciones de una otitis mal curada
La otitis puede volverse crónica si no es tratada de manera constante. El tratamiento no solo debe ser aplicado oportunamente, sino también, en tiempo e indicaciones correctas. Si no es así, la medicina solo servirá para fortalecer la infección y complicarla.
La aparición de una otohematoma o hematoma auricular también puede complicar el cuadro. Este tipo de formación circular constituye una especie de tumor de sangre que aumenta el picor y enrarecimiento del perro, haciendo que sacuda la cabeza de forma continua y se rasque con más insistencia.
Una ruptura de este cúmulo de sangre puede devenir en una hemorragia grave por lo que, de presentarse el hematoma, al animal deberá entrar a quirófano.
En última instancia, una otitis crónica puede complicar la audición del perro, al punto de dejarlo sordo por comprometer el nervio auditivo.
En otros casos, la infección logra llegar al cerebro y puede convertirse en cuadros más complejos que terminan por acabar con la vida del canino.
Prevención de la otitis canina
En caso de que la raza del perro tenga predisposición al padecimiento de esta enfermedad, no existe una mayor prevención más allá de asegurarle un control médico constante e identificar cualquier síntoma que pueda presentarse.
Es importante reducir los niveles de humedad, realizar la limpieza del pabellón auditivo de forma periódica con los instrumentos correctos y estar pendiente de la alimentación y dieta del perro.
La clave es estar siempre al pendiente y consultar con el veterinario sobre cualquier anomalía.
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