En el mundo animal también existen enfermedades poco comunes pero que son de gran importancia que sean tratadas a tiempo. Es el caso de la Mucocele Biliar. En este artículo te hablamos un poco más de ella y la forma en la que puede afectar a los perros.

¿Qué es la mucocele biliar?

La Mucocele Biliar es una patología poco diagnosticada en perros, pero también es cada vez más reconocida y representa una causa importante de obstrucción biliar. Su causa no aún del todo clara, pero se trata de una forma de colecistitis aguda que se suele encontrar en animales de mediana o avanzada edad y suele relacionarse con obstrucción biliar, necrosis de la pared biliar y perforación. Los especialistas creen que la inflamación estéril o séptica de la vesícula biliar, o los trastornos motrices de la misma, podrían ser factores importantes a la hora de padecer esta patología. Así como que ciertas dislipidemias, diabetes y determinadas razas caninas podrían estar más predispuestas a padecerla. La mucocele biliar en perros conlleva a una gelatinización de la bilis, (excesiva formación de mucina), lo que puede poner en peligro la vida del animal.

¿Cuáles son los síntomas de la mucocele biliar?

Entre todos los síntomas clínicos que pueden encontrarse, los más habituales son:

  • Vómitos.
  • Anorexia.
  • Diarrea.
  • Dolor abdominal intenso.
  • Ictericia (color amarillento de las mucosas).

Analíticamente suele acompañarse de muestras de alteraciones de las enzimas hepáticas, que nos informa de que la funcionalidad del hígado se encuentra afectada. Es frecuente que la mucocele biliar sea un problema secundario dentro de otras patologías hepáticas o endocrinas (la más frecuente es el síndrome de Cushing, asociada a un exceso de producción de cortisol), pero algunas veces se trata del problema de salud principal. Es el caso de muchos perros de raza Schnauzer, que tienen cierta predisposición genética a padecer esta enfermedad.

Diagnóstico y opciones de tratamiento para la mucocele biliar en perros

Los tratamientos destinados a la mucocele de vesícula biliar dependen de cada paciente. El análisis y confirmación del diagnóstico se lleva a cabo mediante ecografías. A partir de ahí, el profesional que os atienda podrá realizar una interpretación de las imágenes para confirmar el diagnóstico del perro. En las imágenes de la ecografía normalmente se podrá reconocer una forma similar a medio “kiwi” dentro de la vesícula. Esto indicará que el paciente sufre de mucocele biliar canina.

El tratamiento puede variar: en ocasiones simplemente con medicación es suficiente para tratar la dolencia, pero en casos más avanzados o graves, la cirugía será la única alternativa.

En este último caso la intervención quirúrgica tratará de extirpar la misma vesícula biliar. No es una cirugía demasiado grave o larga pero sí de cierta complejidad. Eso sí, de resultar exitosa te garantizará la recuperación completa de tu mascota.

El postoperatorio de esta intervención quirúrgica suele ser muy llevadero, aunque es probable que debas acudir a consulta con tu perro durante los primeros días después de la operación para continuar evaluando su estado y controlar los resultados de las analíticas.