La leptospirosis canina es una enfermedad bacteriana que puede afectar tanto a los animales como a los seres humanos. Representa una zoonosis de gran distribución a nivel mundial, en donde los perros actúan en la transmisión hacia hombre, en especial en las zonas urbanas.

Esta enfermedad es altamente infecciosa por lo que es necesario poner bastante atención y cuidado en caso de tener algún caso de padecimiento cercano. Si bien es más común en los perros, los gatos u otros animales también pueden contraerla.

Aprender todo respecto a esta esta enfermedad, cuáles son los signos clínicos, cómo identificarla de forma correcta y cuál es el tratamiento a seguir, es esencial no solo para saber cómo actuar sino, también, para intentar prevenirla por el bien de la comunidad.  

¿Qué es la leptospirosis canina?

Se trata de una enfermedad infecciosa que es provocada por los serovares leptospira icterohaemorrhagiae y canicola. Es más común que aparezcan los brotes durante la primavera y el otoño debido a la escasez de humedad y las temperaturas moderadas.

La vía principal de contagio de esta enfermedad es la urinaria. Así, los perros infectados eliminan las leptospiras por la orina, contaminando su entorno e infectando a los animales más susceptibles. Sin embargo, también es posible contagiar la enfermedad a través de la placenta, mordeduras, comida contaminada y contacto con ratas.

Después de que los microorganismos infectan la mucosa de las heridas, posteriormente pasan a la sangre y una vez allí afecta el epitelio renal y el parénquima hepático. Además, también puede causar daños en el sistema nervioso central, la úvula y la placenta.

¿Cuáles son los signos clínicos?

Al tratarse de una enfermedad altamente contagiosa y peligrosa, es preciso poner especial atención a los signos clínicos que se presentan en el animal, a fin de tomar acción con la mayor rapidez posible.

Entre los signos más frecuentes, podemos identificar fiebre alta, conjuntivas y mucosas hiperemias, debilidad, inapetencia, vómitos, hemorragias, lumbalgia, dolor renal a la palpación, dolor muscular, diarrea, ictericia y convulsiones.

También, es usual que se presente inflamación de la lengua, estomatitis, dificultades en la respiración y exceso de orina de color oscuro.

Al momento de identificar la aparición de más de uno de estos signos, es preciso acudir rápidamente a la clínica veterinaria para que el especialista determine las acciones a seguir con la mascota. 

Tratamiento de la leptospirosis canina

Para tratar la leptospirosis es necesaria la utilización de varios antibióticos y realizar otras acciones elementales, como cambiar la dieta del perro con el fin de contrarrestar los efectos negativos que tienen los síntomas. El antibiótico más común para tratar los casos de leptospirosis es la penicilina.

Por su parte, la rehidratación es fundamental para la recuperación adecuada del animal, además de ser necesario tener mucho cuidado con la higiene, tanto para evitar que se exponga a lo que causó el contagio como para impedir la trasmisión hacia las personas. Dependiendo de la gravedad y lo avanzada que se encuentre la enfermedad, será necesaria la hospitalización del animal para darle un mejor cuidado y tratamiento a la mascota. 

Es de suma importancia acudir al veterinario antes de tomar alguna determinación respecto al tratamiento de la enfermedad, ya que el profesional es el único que será capaz de determinar el estado de la enfermedad y los pasos a seguir. A su vez, es preciso tener mucho cuidado ya que un tratamiento mal aplicado podría ser contraproducente para la salud del animal. 

Profilaxis de la enfermedad

Debido a que la principal vía de contagio de esta enfermedad es la urinaria, es importante aislar al perro infectado para evitar que infecte a otros animales o a las personas. Los veterinarios y ayudantes que estén a cargo deben protegerse al igual que los dueños de la mascota. 

Las vacunas para la leptospirosis canina pueden proteger contra el estado agudo de la enfermedad, pero no pueden proteger al portador crónico, por lo que se debe renovar la vacuna todos los años una vez que se haya superado la enfermedad. 

Pronóstico y prevención de la leptospirosis

La leptospirosis es una infección que puede llegar a tener consecuencias muy graves en los órganos de la mascota; si no se diagnostica a tiempo, podría causar la muerte del animal debido a los daños ocasionados en los riñones y el sistema nervioso. 

Ahora bien, si se logra identificar a tiempo y se trata con los cuidados debidos, la infección puede curarse por completo sin dejar secuelas graves. Prevenir la enfermedad siempre será mucho mejor, a fin de evitar las secuelas. 

Como lo hemos indicado, los animales domésticos con leptospirosis generan la contaminación del suelo y de las aguas superficiales por eliminación de leptospiras a través de la orina. Estas bacterias pueden llegar a sobrevivir durante varios días, aun en los ambientes húmedos. 

La primera parte de la prevención y una de las acciones más importantes es la vacunación, la cual se debe realizar a tiempo para evitar que el perro contraiga la enfermedad. Lo más recomendable es que la vacunación no se realice anualmente sino cada seis meses, aunque esta vacuna no cubre todas las bacterias causantes de la leptospirosis.

Debido a que la vacuna no ataca a todas las bacterias, también es necesario el aseo constante de las áreas donde se encuentra la mascota, a fin de evitar la exposición a los focos de infección. Una desinfección del agua y del suelo con hipoclorito o sulfato de cobre puede ser de gran ayuda para evitar la propagación de la enfermedad.  

Es extremadamente importante evitar cualquier contacto de la piel con aguas contaminadas; toda herida debe ser cubierta con vendas o paños impermeables y se deben evitar las salpicaduras con agua contaminada, protegiendo los ojos y las mucosas.

Al ser una enfermedad que también pueden contraer los seres humanos, es muy importante ser responsables con su prevención y tratamiento para evitar que se propague en la comunidad.