Cuando se tiene un perro o un gato, es usual preocuparse por realizarle una desparasitación externa al momento de presentar pulgas o garrapatas; sin embargo, muchas veces no le damos la importancia debida a un asunto mucho más crítico: la presencia de parásitos en el interior de su organismo.

Los parásitos pueden representar un problema de salud grave para nuestras mascotas; peor aún, es posible que logren contagiar a otros animales e incluso a las personas. Es por ello que resulta indispensable realizarles una desparasitación interna que sirve para eliminar los gusanos que puedan estar alojados en su sistema digestivo, o bien para prevenir que éstos accedan a su organismo.  

Los parásitos internos más comunes

Por lo general, los parásitos se alojan en el intestino de los animales y pueden ser diferenciados de acuerdo a su tipo.  

Los gusanos redondos son los más comunes, se hospedan en los intestinos y pueden reproducirse rápidamente. Son muy resistentes a temperaturas extremas y causan serias obstrucciones y heridas en el intestino del animal. Cuando contagian a los humanos, estos parásitos pueden causar daños muy graves, incluyendo parálisis o ceguera.

Por su parte, los denominados gusanos látigo se alimentan de sangre en el intestino grueso, tanto de los perros como de los gatos. Estos se contagian muy fácilmente y pueden causar infecciones muy graves en las mascotas, representando un riesgo de muerte.     

Los anquilostomas suelen alojarse en el intestino delgado, se nutren de la sangre y pueden ocasionar, en el animal, anemia, diarreas y lesiones cutáneas, entre otras complicaciones. Estos gusanos también pueden causar serios daños en las personas.

Los gusanos pulmonares son otro tipo de parásitos muy peligrosos para los animales ya que les genera graves problemas respiratorios, pudiendo también ocasionarles la muerte.    

Existen, además, los llamados gusanos del corazón que son transmitidos por la picadura de los mosquitos y que se instalan en las arterias pulmonares de las mascotas. Al reproducirse alrededor del corazón del animal, dificultan sus latidos y generan insuficiencia cardiaca. De no ser tratado a tiempo, puede significar la muerte de la mascota.

Algunos de los síntomas más comunes que se pueden presentar ante la presencia de parásitos en los perros y gatos incluyen decaimiento general, falta de apetito, hinchazón abdominal, diarreas y vómitos. Muchas veces, se puede apreciar la presencia de estos gusanos en las deposiciones de la mascota, por lo que si observas cualquiera de estos síntomas y notas un comportamiento extraño en tu mascota te recomendamos acudir a un hospital veterinario de confianza lo antes posible.

Cómo se realiza la desparasitación interna

Los cachorros son muy vulnerables a padecer de parásitos intestinales, representando casi el 70% de los casos. Sin embargo, su desparasitación deberá ser recetada por el veterinario ya que muchos medicamentos pueden ser tóxicos para ellos.

Cuando se trata de cachorros, los especialistas suelen prescribir una dosis de antihelmíntico administrada por vía oral, en periodos espaciados de varias semanas.

En el caso de las mascotas en edad adulta, el tratamiento veterinario para eliminar los parásitos es de tres meses, según el calendario de desparasitación.

Es preciso tener en cuenta que, aun en los casos en los que la mascota no salga de casa, el riesgo de contagio es muy alto cuando no se cumple con la desparasitación interna según las indicaciones del veterinario, ya que los parásitos pueden llegar al hogar a través de los huevos pegados en la vestimenta o en la suela de los zapatos.

La mejor forma de estar protegidos y cuidar de la salud de nuestras mascotas es seguir el calendario de desparasitación, dándole el tratamiento veterinario regular indicado por el especialista.