La insuficiencia hepática en gatos aparece como consecuencia de determinadas enfermedades hepáticas que afectan a las funciones del hígado, como la lipídosis hepática, colangitis, amiloidosis o tumores, pero también puede deberse a enfermedades extrahepáticas o tóxicas.

En este artículo hablaremos sobre qué es la insuficiencia hepática en los gatos, sus causas y síntomas. 

¿Qué es la insuficiencia hepática en los gatos?

La insuficiencia hepática hace referencia a determinadas enfermedades y circunstancias que alteran el correcto funcionamiento del hígado de los gatos. Existen muchas enfermedades que disminuyen la funcionalidad del hígado, algunas son primarias mientras que otras son secundarias debido a toxinas o enfermedades extrahepáticas.

El hígado felino cumple numerosas funciones, ya que interviene en la digestión, en la síntesis de bilirrubina, glucógeno, lipoproteínas, albúmina y filtra compuestos tóxicos. Además, está adaptado a la naturaleza carnívora de los gatos porque a través de la carne obtienen, entre otros nutrientes, taurina y arginina, que son dos aminoácidos esenciales para los gatos.

El hígado felino forma sales biliares a partir de la conjugación de ácidos biliares con taurina y arginina, interviene en la síntesis de amoniaco a partir de urea y en su eliminación. Por tanto, una deficiencia de arginina provocará la intoxicación por amoniaco en nuestro gato, provocando una encefalopatía hepática que, lamentablemente, suele tener un desenlace fatal.

Causas de la insuficiencia hepática felina

Estas son las diferentes causas de insuficiencia hepática en gatos:

  • Enfermedad del hígado.
  • Enfermedades infecciosas.
  • Intoxicación.
  • Derivación portosistémica.

Síntomas de insuficiencia hepática en gatos

Los síntomas de la insuficiencia hepática felina son inespecíficos. Sin embargo, dependiendo del proceso que lo provoque y su gravedad, podemos encontrar:

  • Falta de apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Letargo.
  • Vómitos.
  • Diarrea.
  • Anorexia.
  • Polidipsia.
  • Disuria.
  • Depresión.
  • Apatía.
  • Ictericia.
  • Ascitis.

En casos de encefalopatía hepática, por aumento de toxinas no filtradas por el hígado, se pueden ocurrir convulsiones, ceguera, sialorrea, cambios de comportamiento, agresividad, estupor e incluso el coma.

Como siempre, es muy importante llevar a tu gato al veterinario tan pronto como veas que experimenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente o cualquier otra anomalía.

¿Cómo se diagnostica la insuficiencia hepática felina?

El diagnóstico de enfermedades que pueden provocar insuficiencia hepática en gatos se completa con un estudio del historial clínico del paciente, exploración clínica, análisis de sangre y bioquímica, ecografía y biopsias. Veamos a continuación cada uno de estos procesos.

Examen físico

Durante la anamnesis y examen del felino debemos observar los signos clínicos que presenta el gato, observar su estado de hidratación, pelaje, estado de las mucosas para valorar ictericia y condición corporal, así como palpación del animal y buscar la presencia de líquido en la cavidad abdominal indicativa de ascitis. La ictericia y la ascitis son signos tardíos de enfermedad hepática en los gatos, siendo la insuficiencia hepática la más específica.

Prueba de sangre

Se debe realizar un hemograma y bioquímica del gato. Se buscarán marcadores de funcionalidad y cualquier tipo de enfermedad hepática:

 

  • Marcadores de enfermedad hepática: un aumento de las enzimas ALT y AST indican daño celular en el hígado, aunque como tienen una vida media de unas horas en el gato, si no las vemos aumentar, no tiene por qué estar relacionado con el hígado. Un aumento en las enzimas ALP y GGT conduce más a daños en los conductos biliares y canalículos, si solo aumenta la GGT, conduce más a daño hepático.
  • Marcadores de función hepática: se alteran cuando la insuficiencia hepática está avanzada, siendo hiperbilirrubinemia (aumento de bilirrubina), hipoglucemia (bajo nivel de glucosa), hipoalbuminemia (bajo nivel de albúmina), hipo o hipercolesterolemia (disminución o aumento del colesterol) y aumento de los tiempos de coagulación (debido a deficiencia de vitamina K). Los aumentos de bilirrubina en ausencia de anemia hemolítica o enfermedad pancreática son una buena indicación de insuficiencia hepática. Además, antes de aparecer aumentada en la prueba de laboratorio, los gatos suelen presentar bilirrubinuria (bilirrubina en orina) que siempre es patológica en esta especie. Si la bilirrubina es normal, el marcador más sensible y específico para detectar insuficiencia hepática en gatos es un aumento de los ácidos biliares en ayunas y después de dos horas de ingesta.

Diagnóstico por imagen

En concreto, la técnica útil en estos casos es la ecografía abdominal, aunque es habitual no encontrar alteraciones incluso cuando el gato realmente tiene una enfermedad hepática. En algunos casos se observan lesiones focales, hígado agrandado con parénquima hiperecoico (blanco en la imagen) sospechoso de lipidosis, dilatación de las vías biliares sugerentes de colangitis, o podemos buscar la vascularización para el diagnóstico de shunt portosistémico.

Biopsia hepática

El diagnóstico definitivo de muchas enfermedades que provocan insuficiencia hepática en gatos se consigue mediante un estudio patológico a partir de la toma de biopsias. Sin embargo, en los casos de lipidosis se puede diagnosticar siguiendo los pasos anteriores y una citología con aguja fina (PAF) hepática, donde se verán numerosas células con grasa, aunque hay que tener en cuenta que puede coexistir con otras enfermedades, por lo que no siempre será definitivo, requiriendo una biopsia. En casos sospechosos de colangitis, se puede obtener bilis de estos conductos para citología y cultivo, sin necesidad de biopsia en casos de colangitis neutrofílica.

 

La detección temprana de la insuficiencia hepática felina es esencial para llevar a cabo un tratamiento efectivo. Frente a cualquier síntoma, no dudes en llevar a tu mascota al veterinario para que sea quien escoja la mejor manera de tratar la enfermedad del animal.