Cuando hay evidencia de que nuestro perro no puede controlar sus ganas de orinar, es posible que nos encontremos frente a un cuadro de incontinencia urinaria. Existen algunos síntomas comunes que pueden ayudarnos a demostrar que el perro está sufriendo de esta alteración, producida por causas mayores.
La Incontinencia urinaria se manifiesta en un goteo involuntario de la micción (orina). Este problema se presenta mayormente en perros castrados, debido a la disminución de las hormonas segregadas. Un estudio realizado por la Royal Veterinary College arrojó que el 1% es la tendencia general de incontinencia urinaria en machos, mientras que en las hembras es del 3%.
Entre otras causas, puede deberse a un daño en el nervio pudendo, polidipsia, poliuria, enfermedades renales y vesicales, cálculos en la vejiga, defectos congénitos de nacimiento o disfunción cognitiva por envejecimiento. Para tratar este tipo de malestar, es necesario identificar la enfermedad mayor que lo origina.
En algunos casos, después de que el perro se ha acostumbrado a hacer sus necesidades fuera de la casa, manifiestan incontinencia urinaria si se les prolongan las salidas o cambian de hábitos bruscamente. Debido al tiempo prolongado de retención de orina, se debilita algún órgano del sistema excretor urinario; en casos más complejos, pueden desarrollar tumores.
Las razas de perros más propensas a sufrir incontinencia urinaria son el Setter, el Boxer, el Bullmastiff, el Fox terrier y el Bulldog.
¿Cuáles son los síntomas ?
El goteo involuntario de la orina se suele manifestar cuando el perro se encuentra dormido o en reposo. En algunos casos se manifiesta, también, cuando brinca, camina o corre.
- Manchas mojadas en su lugar de descanso.
- Inflamación y enrojecimiento de la piel alrededor de los genitales.
- Zona de la vulva o el pene siempre húmedas.
- Se lame constantemente su zona genital.
Si tu perro llega a orinarse en un lugar donde no se le está permitido, debes evitar castigarlo porque esto no va a solucionar problema. Primero, deberás llevarlo al veterinario para encontrar la razón y luego habituar las salidas según su condición. Realizar una limpieza al hogar con productos enzimáticos ayuda al proceso de adaptación en casa.
Al percatarse de que tu perro ha cambiado de hábitos y que estos síntomas se extienden a más de dos días, deberás llevarlo con urgencia al veterinario.
Los perros machos jóvenes no tienden a la incontinencia urinaria por lo que sí desarrollan estos síntomas deben ser evaluados por el veterinario para descartar una enfermedad uretral de próstata y vejiga.
Por su parte, los perros jóvenes menores de un año que manifiesten estos síntomas de igual forma deberán ser evaluados para que el especialista descarte alguna anomalía congénita.
¿Por qué aparecen los síntomas de la incontinencia urinaria?
En los cachorros, la incontinencia urinaria se da por ciertas causas comunes: ausencia o falta de reconocimiento del lugar para orinar, escape de la orina por excitación, temor excesivo o malformaciones.
Para la primera causa, lo ideal es que después de la novena semana que es cuando el cachorro puede reconocer y elegir el lugar para sus necesidades, se le detalle y enseñe a hacerlo voluntariamente en el lugar que deseamos. Aunque, si en el hogar no hay un lugar para sus necesidades, habrá que establecer un horario fijo de salida a la misma hora, entre dos y tres veces al día.
Cuando se da por excitación es a causa de juegos, recibimientos efusivos o prolongados; es decir, aquellos estímulos muy fuertes que causan el nerviosismo hacen que se les escapen pequeñas cantidades de orina. Para estos casos, se recomienda que la intensidad de dichos estímulos se vaya reduciendo. Solo habrá que hacerle cariño y premiarlo cuando se encuentre tranquilo, de lo contrario, se reforzará la conducta.
Entre las malformaciones están las que se ubican a nivel de los uréteres, denominado también uréteres ectópicos. Esto sucede cuando el conducto que comunica al riñón y la vejiga se sale y desemboca a la orina alrededor de la vulva o el pene.
En perros castrados, la incontinencia urinaria sucede por déficit hormonal. En las hembras, por déficit de estrógenos y en los machos por déficit de testosterona. Estas deficiencias hacen que el tono muscular del esfínter se debilite, ya que dichas hormonas son las que le dan la fortaleza al órgano.
Los perros ancianos sufren cambios a nivel cerebral, relacionados a la avanzada edad. Uno de ellos es el síndrome de disfunción cognitiva. Uno de sus síntomas es la incontinencia urinaria que puede estar relacionada a enfermedades renales, diabetes o el síndrome de cushing.
Otras de las causas de la incontinencia urinaria en perros es de tipo neurogénica, una lesión en la médula espinal que afecta los nervios que controlan a la vejiga.
La incontinencia por híper distensión es cuando vejiga es obstruida por cálculos en la uretra, tumores o estenosis. La insuficiencia renal es otra de las causas comunes de la incontinencia urinaria en perros. Estos síntomas, aunados a otros como el vómito y el aliento fétido, pueden indicar que el perro padece de insuficiencia renal.
Tratamiento de la incontinencia urinaria en los perros
Como ya se ha mencionado anteriormente, para poder darle un tratamiento adecuado al perro es necesario llevarlo al veterinario a fin de determinar la causa original de la incontinencia.
En la incontinencia urinaria causada por malformaciones se puede acudir a una cirugía quirúrgica, para unir el conducto del riñón hacia la vejiga.
Los perros que sufren incontinencia por estrés es porque les afecta algún estímulo de su entorno. Sufren de miedo y nerviosismo, hasta el punto que no pueden contener la orina. Para este caso, el tratamiento sería limitar la causa del nerviosismo. El castigo no soluciona el problema, más aún, pudiese causarle un trauma.
Para la incontinencia causada por déficit hormonal, el tratamiento es farmacológico, aumentando la presencia de estrógeno o testosterona que beneficia al fortalecimiento del esfínter.
Es importante tener en cuenta que la incontinencia urinaria en perros no debe ser tratada como un caso aislado ya que es consecuencia de enfermedades mayores o de modos de comportamiento que adopta el perro ante ciertas situaciones. Esta afección es, pues, un problema multifactorial.
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