Aunque existen marcadas diferencias entre un gato angora y un gato persa, a menudo se confunden entre sí. La razón se debe a que ambos son razas de gatos de pelo largo. Sin embargo, si miramos más de cerca, podemos ver que es bastante fácil detectar sus diferencias, especialmente cuando las vemos en persona. Al comparar las dos razas, no solo podemos distinguir su apariencia, también podemos determinar qué raza de gato podría ser mejor animal de compañía para cada caso particular. ¡Veamos sus principales diferencias!
Diferencias físicas entre gatos persas y angora
Comenzamos nuestra diferenciación de razas por lo más obvio: su aspecto físico. Estas serían algunas de las diferencias físicas entre un gato persa y un gato angora:
- Nariz: quizás, la diferencia más obvia en algunos gatos persas es la nariz. Esto se debe a que existen diferentes tipos de gatos persas. Algunos tienen braquicefalia, una condición en la que la nariz está aplastada y tienen una mandíbula suavemente alargada. Los gatos de Angora no tienen braquicefalia, por lo que una nariz aplastada significará que son persas.
- Conductos lagrimales: debido al aplanamiento del hocico de los gatos braquicéfalos, sus conductos lagrimales a menudo secretan líquido de manera persistente (una condición conocida como epífora). Si el gato tiene manchas de lágrimas alrededor de los ojos, es más probable que sea persa. Sin embargo, es más probable que un Angora sufra de lagrimeo si tiene una infección ocular.
- Cabeza: el cráneo de un gato persa es más redondeado, en comparación con la apariencia más almendrada que poseen los gatos angora.
- Orejas: los gatos persas son conocidos por sus orejas pequeñas y redondeadas, mientras que los gatos angora turcos tienen orejas más largas y puntiagudas.
- Pelaje: aunque tanto los gatos angora persas como los turcos pueden tener una variedad de colores y patrones de pelaje, los gatos angora turcos suelen ser blancos. También son más propensos a la heterocromía, una condición por la cual sus ojos son de dos colores diferentes.
- Tamaño: aunque ambas razas pueden tener ejemplares relativamente pequeños, los gatos persas son generalmente más grandes que los gatos angora. Es más raro que el angora alcance los 6 kg. También son más cortos en longitud.
- Forma del cuerpo: Los gatos persas son más robustos que el angora con un cuerpo más alargado y esbelto, aunque sí suele ser más musculoso.
Debido a estas diferencias, especialmente las relacionadas con el cuidado de la zona periocular, podríamos concluir que los gatos persas requieren algo más de mantenimiento que los gatos angora. Dado que los gatos angora como los persas son gatos de pelo largo, sus pelajes deberán cepillarse con regularidad.
Diferencias de carácter entre los gatos persas y angora
Más allá de las diferencias físicas, están sus diferencias de comportamiento y carácter. Si bien cada gato es un individuo con sus propios comportamientos y rasgos, hay algunos rasgos que son más comunes en ciertas razas. Para los gatos Angora y Persa, se destacan los siguientes:
- Sociabilidad: el gato persa generalmente se considera más independiente, mientras que el gato turco Angora aceptará mejor la convivencia humana. Sin embargo, esto no implica que estén entusiasmados con las muestras de afecto. De hecho, es común que el angora no acepte demasiada interacción física. El gato Angora está más predispuesto a saludar cuando llegamos a casa y a interactuar más. Por supuesto, un persa también querrá interactuar una vez que establezca un vínculo con su cuidador. Aunque a veces sea hosco, el persa puede ser muy cariñoso cuando quiere. Es mejor dejar que un gato persa busque afecto en lugar de intentar forzar e interactuar.
- Actividad: los gatos persas tienden a ser tranquilos y poco activos, prefiriendo la tranquilidad de un sofá suave al ajetreo y el bullicio de una sesión de juego. El angora suele ser mucho más juguetón. Como resultado de estos bajos niveles de actividad en los persas, es necesario controlar cuidadosamente el peso de nuestro gato.
- Comportamiento con los niños: debido a las características que hemos mencionado, los gatos persas son menos propensos a tolerar la presencia de niños, sobre todo si no respetan su espacio y su necesidad de tranquilidad. Los gatos Angora pueden aceptar mejor vivir con niños. Independientemente de la raza, siempre tenemos que educar a los niños para que muestren respeto por todos los seres vivos y no debemos dejarlos solos sin la supervisión de un adulto.
- Convivencia con otros animales: estas relaciones serán más fáciles para un gato Angora, ya que es menos probable que los persas toleren cambios o alteraciones en sus hábitos.
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