El dragón de Komodo es el lagarto más grande que vive en la Tierra hoy en día, crece hasta 3 metros de largo y pesa unos 68 kilos, o más. Sin embargo, si bien este enorme reptil no puede volar ni escupir fuego, el término “dragón” es menos exagerado de lo que creemos.
Son criaturas increíbles y no necesitan ni volar ni fuego para ser dignas de nuestro asombro y admiración. Aquí hay algunos datos interesantes y curiosos sobre los dragones de Komodo.
1. Los dragones de Komodo son originarios de Australia
Si bien es famoso por ser de la isla indonesia de Komodo y las islas circundantes, el dragón de Komodo se descubrió por primera vez en la tierra de Down Under. Según los registros fósiles, los dragones de Komodo (Varanus komodoensis) se mudaron fuera de Australia y se dirigieron a las islas de Indonesia, llegando a la isla de Flores hace unos 900.000 años.
Los dragones de Komodo podrían haber desaparecido de Australia hace unos 50.000 años, una desaparición que habría coincidido aproximadamente con la llegada de los humanos al continente.
2. Son venenosos
Bryan Fry, un investigador de venenos de la Universidad de Melbourne en Australia, descubrió que el dragón de Komodo es de hecho uno de los pocos lagartos venenosos del planeta. No fue hasta 2009 que el mito de décadas de cómo matan los dragones de Komodo finalmente fue reemplazado por la verdad, gracias en gran parte a la investigación de Fry.
A diferencia de una serpiente, que inyecta veneno en una víctima a través de sus afilados colmillos, el veneno de un dragón de Komodo se filtra en las grandes heridas que hace en cualquier animal desafortunado que ataca. El animal puede escapar de las garras del dragón, pero no escapará del veneno que eventualmente lo derribará.
3. Los dragones de Komodo pueden acabar con presas enormes
Los dragones de Komodo son animales de gran tamaño. Por eso, no es de extrañar que puedan derribar animales tan grandes como jabalíes, ciervos y búfalos.
Para atrapar a su presa, utilizan una estrategia de emboscada. Camuflados con el entorno, esperan a que pase un animal desprevenido. Después entran en acción y le dan una mordida venenosa antes de que la víctima pueda escapar.
4. Cuando se trata de metabolismo, no son como otros reptiles
La mayoría de los reptiles carecen de mucha capacidad aeróbica, pero los dragones de Komodo son la excepción, gracias a una adaptación genética que los investigadores descubrieron cuando secuenciaron el genoma del animal. El trabajo de los investigadores, mostró que estas criaturas pueden lograr un metabolismo más parecido al de un mamífero, lo cual es beneficioso cuando se trata de cazar presas.
Los científicos encontraron cambios en las mitocondrias, que funcionan como máquinas de vapor de la célula. Al igual que un tracto digestivo, las mitocondrias absorben nutrientes y proporcionan combustible a la célula. Esto es doblemente importante para las células musculares, que los dragones de Komodo tienen en abundancia, y que también explica qué hay detrás de esas explosiones de velocidad y resistencia de las criaturas.
5. Los dragones de Komodo pueden comer el 80% de su peso de una sola vez
Cuando los enormes lagartos se sientan a comer, son capaces de tragar hasta el 80% de su propio peso corporal en alimentos. El gran festín y la digestión lenta significan que después de comer, los dragones de Komodo irán a descansar al sol, con el calor ayudando a mantener su proceso de digestión funcionando. Una vez digerida la comida, un dragón de Komodo regurgitará lo que se conoce como “bolita gástrica”. Al igual que los gránulos de búho, el gránulo gástrico contiene cuernos, pelo, dientes y otros trozos de presa que no se pueden digerir.
Debido a que su metabolismo es bastante lento y pueden masticar tanto de una sola vez, pueden sobrevivir con tan solo una comida al mes.
¿Conocías estos datos sobre el dragón de Komodo? Sin ninguna duda, un animal exótico fascinante.