Tal y como sucede con los seres humanos, los animales también se ven afectados por el cáncer, representando casi la mitad de las muertes de las mascotas adultas. 

De acuerdo a la Asociación Veterinaria Americana – AVMA, las mascotas suelen desarrollar cáncer de pecho, cabeza, cuello, sangre, piel, testículos, huesos y abdomen, siendo los perros los más propensos a sufrir este tipo de patologías en comparación con los gatos. 

Existen algunos cánceres más comunes que otros; en el siguiente artículo, vamos a conocer cuáles son y qué tipos de tratamiento existen para ellos. 

Tipos de cáncer en los gatos

El cáncer es la causa más común de muerte en los felinos, aunque algunas razas son mucho más susceptibles que otras a padecer esta patología. La sintomatología es variada y depende del tipo de cáncer y la etapa en la que se encuentra. Por ello, suele ser difícil detectar el problema y requiere de estudios minuciosos por parte del veterinario.

Entre los cánceres más comunes en los gatos, encontramos:

  • Linfomas
  • Cáncer de piel
  • Cáncer mamario
  • Tumores de mastocitos
  • Tumores orales
  • Cáncer de tejidos blandos o fibrosarcoma
  • Cáncer de huesos u osteosarcoma
  • Carcinoma respiratorio
  • Adenocarcinoma respiratorio
  • Adenocarcinoma pancreático
  • Adenocarcinoma de hígado

Por lo general, los tumores son visibles o fácilmente detectables al tacto, sin embargo, el veterinario requiere realizar algunos exámenes complementarios para efectuar un diagnóstico certero. Parte de los estudios incluyen análisis de sangre, orina, toma de imágenes y biopsias. 

Tratamiento del cáncer en los gatos

Una vez realizados los exámenes y determinado el tipo de cáncer que padece el animal, las alternativas de tratamiento disponibles van desde la cirugía hasta la quimioterapia, pasando por radiación, inmunoterapia, terapia fotodinámica o una combinación de ellas. 

En la mayoría de los casos, si el cáncer fue detectado a tiempo el tratamiento resulta exitoso, por ello, es indispensable la detección temprana y el adecuado diagnóstico por parte del especialista. 

Es necesario realizar visitas periódicas al veterinario, con  el fin de prevenir e identificar a tiempo el cáncer en la mascota. los especialistas recomiendan al menos dos exámenes generales al año, en especial a los gatos adultos. 

Tipos de cáncer en los perros

Diversos estudios reflejan que la incidencia de cáncer en los perros es incluso mayor que en los seres humanos. Algunos de los cánceres más comunes que se presentan en los perros son el cáncer de piel, huesos, seno y leucemia. 

Además de los mencionados, entre otros tipos de cánceres, los más comunes en los perros son:

  • Cáncer de boca
  • Linfoma testicular o tumores abdominales
  • Tumor Venéreo Transmisible Canino 
  • Osteosarcoma Canino 
  • Hemangiosarcoma Canino 
  • Tumor de Mastocitos Canino

De todos ellos, el Tumor Venéreo Transmisible Canino es una forma muy inusual de cáncer que afecta a los perros de distintas razas. Es transmitido por apareamiento, por lamerse o cualquier otro contacto directo entre canes. 

El Tumor Venéreo Transmisible Canino afecta los genitales del animal y genera cierto tipo de protuberancias con forma similar a la de una coliflor. En ciertos casos, la uretra se bloquea haciendo difícil orinar para el animal afectado.

Por su parte, el 80% de los casos de cáncer de huesos en los perros se debe al osteosarcoma, un tipo de cáncer metastásico e invasivo, aunque su incidencia es baja en las mascotas. 

 Tratamiento del cáncer en los perros

Es preciso que el veterinario evalúe al detalle a la mascota, con el fin de establecer el tipo de cáncer que padece el animal, la etapa en la que se encuentra y el tratamiento idóneo para cada caso.  

Ciertos tumores responden de forma distinta al tratamiento establecido, razón por la cual es necesario hacer un seguimiento exhaustivo en cada caso, siendo muchas veces recomendable realizar una combinación de terapias distintas. 

Entre los tratamientos disponibles para el cáncer en los perros, podemos encontrar: 

  • Intervención quirúrgica 
  • Quimioterapia
  • Radioterapia

Una intervención quirúrgica para extirpar el tumor suele ser la alternativa más recomendada en la mayoría de los casos, aunque esto va a depender del tipo de cáncer.  

La cirugía puede abarcar el tumor propiamente dicho o incluir parte del tejido sano con el fin de disminuir la probabilidad de dejar células tumorales en el área. Esta intervención suele complementarse con sesiones de quimioterapia.  

La quimioterapia, por su parte, se trata de un procedimiento mediante el cual se administra, ya sea por vía oral o intravenosa, cierto tipo de medicamentos que ejercen acción sobre las células dañadas, disminuyendo su proliferación. 

Este procedimiento suele traer consigo algunos efectos secundarios considerables, como pueden ser daños en el hígado, estómago o cualquier otro órgano vital. 

Otro tipo de terapia efectiva para tratar el cáncer en los perros es la radioterapia, un procedimiento mucho más localizado. 

Independientemente del caso, es indispensable que el animal pase por controles regulares y periódicos con el fin de determinar si la respuesta al tratamiento es efectiva o requiere de ajustes en la dosis. Los controles sirven también para monitorear los efectos secundarios que puedan generarse y las complicaciones que puedan presentarse.  

 Prevención del cáncer en los animales domésticos

Aunque el cáncer suele ser muy difícil de prevenir, en algunos casos es posible evitar su aparición y desarrollo, en especial en los casos de tumores dependientes de hormonas. Por ello, es necesario ofrecerle a la mascota una dieta balanceada y de calidad, evitando que caiga en sobrepeso. 

En lo que respecta al cáncer de mama, la esterilización temprana es capaz de reducir el riesgo de tumores hasta un 25%. Esta intervención es muy segura y de rápida recuperación y puede ser efectuada en cualquier clínica veterinaria autorizada; sin embargo, no debe ser realizada antes de los tres meses para reducir la probabilidad de desarrollo de incontinencia urinaria en el animal.  

Los propietarios deberán estar atentos a cualquier alteración en la fisonomía de su mascota, como la pérdida de peso sin razón aparente, la persistencia de heridas que no cicatrizan, síntomas de anemia o aparición de nódulos, entre otras. De darse el caso, será necesario llevar al animal a la clínica veterinaria para realizarle los exámenes correspondientes.