Los cálculos renales o urolitos afectan a gran parte de los felinos domésticos, generándoles numerosos síntomas clínicos. Los gatos de cualquier edad o raza pueden desarrollar esta patología por lo que es preciso conocer sus características, a fin de saber cómo actuar en caso que se presenten.
Si tu gato manifiesta dificultades para orinar, tiene vómitos o presenta sangre en la orina, es probable que tenga cálculos renales. A continuación, te contamos qué hacer en estos casos.
¿Qué son los cálculos renales?
Los cálculos renales son una especie de pequeños depósitos endurecidos, localizados en el tracto urinario del animal, y que se forman a partir de restos de minerales solidificados. Estos cálculos se acumulan en el riñón y llegan a obstruir el conducto urinario del felino, dificultando el paso de la orina y provocando un dolor severo.
De no tratarse a tiempo, los cálculos renales pueden llegar a irritar el tracto urinario del gato, generarle sangrado o llegar a bloquear por completo el paso de la orina. En los casos más complicados, se puede generar un daño irreversible en los riñones, así como el fallecimiento de la mascota.
Síntomas de los cálculos renales en los gatos
La inapetencia es probablemente el primer síntoma que nos puede indicar que algo no anda bien en el felino. Gran parte de los gatos con problemas renales manifiestan falta de apetito, por lo que es preciso identificar si la mascota ha dejado de comer de un momento a otro. De ser el caso, es recomendable llevarlo de inmediato al veterinario para que le haga los estudios correspondientes.
La falta de ingesta de alimentos puede producirle graves daños al animal.
Otro de los síntomas característicos de los cálculos renales es la dificultad para orinar. El dueño deberá observar la cantidad de veces que acude el gato a su caja de arena y si manifiesta complicaciones al intentar orinar. En caso de que no pueda o de que solo orine una pequeña cantidad, puede que los urolitos estén impidiendo el flujo normal de la orina.
Los gatos que padecen cálculos renales manifiestan un dolor excesivo y lo exteriorizan maullando, especialmente en el momento en que están intentando orinar. También, suelen maullar en el momento de dormir o se resisten a ser cojidos.
¿Cómo actuar ante estos Síntomas?
Ante la aparición de los primeros síntomas en el gato, es necesario acudir al veterinario para que realice los análisis pertinentes. Aun cuando no se manifiesten estas señales, es preciso llevar al veterinario de manera regular a la mascota, en especial si está castrado o manifiesta cambios de humor. El especialista realizará los exámenes necesarios para identificar si existe una infección urinaria o se presentan cálculos renales.
La detección a tiempo del problema es crucial para realizar el tratamiento adecuado que resuelva el problema. De esa forma, podremos evitar la rotura de la vejiga o un fallo renal.
En paralelo, es indispensable mantener hidratada a la mascota para evitar cualquier problema renal o urológico. Un gato acostumbrado a ingerir líquido diariamente tiene una menor incidencia de problemas renales que aquellos que toman poca agua durante el día. Para asegurar una adecuada hidratación, es conveniente darle agua limpia y fresca y alternar pienso seco y húmedo.
La cantidad ideal de agua que necesita el gato para estar bien hidratado oscila entre los 50ml y 100ml por cada kilo de peso.
Tratamiento de los cálculos renales en los gatos
Como ya lo hemos indicado, detectar el problema a tiempo es fundamental para salvaguardar la vida del gato. Son muchos los casos en los que, en muy pocos días, las mascotas están en riesgo de sufrir una rotura de vejiga, por lo que, si no se logra identificar el bloqueo de las vías urinarias a tiempo, podría generarse un daño renal irreversible.
Ahora bien, una vez realizado el diagnóstico por parte del veterinario y dependiendo del estado de gravedad, el especialista determinará la conveniencia de realizar un procedimiento quirúrgico denominado cistostomía, que consiste en realizar una abertura en la vejiga para extraer los cálculos directamente.
Si el problema no parece de mayor gravedad, el veterinario puede establecer una dieta especial orientada a disolver los depósitos minerales. Esta dieta aumenta considerablemente el consumo de líquidos por parte del animal.
También, es posible que el especialista determine el uso de un catéter para lavar la vejiga del gato, con el fin de eliminar los depósitos minerales y la arenilla residual que se pueda haber acumulado.
En casos extremos el veterinario puede ordenar una uretrostomía perineal, con el fin de ampliar o ensanchar el diámetro de la uretra.
Cuidados en la dieta de los gatos
Los cálculos renales suelen ser de diferentes tamaños y formas, dependiendo del mineral del que estén compuestos. Es por ello que los especialistas realizan estudios del depósito extraído para determinar su composición y establecer los cuidados en la dieta que se deberán tener para evitar nuevas formaciones.
Así, en el caso de cálculos de cristales de estruvita, también denominados cálculos de triple fosfato, suele recomendarse una dieta alta en agua, mientras que en el caso de cálculos de oxalato cálcico es recomendable una dieta no ácida, con niveles bajos de calcio, magnesio y citrato, con el fin de disminuir el nivel de calcio en la orina.
Los gatos domésticos suelen tomar muy poca agua por lo que se recomienda alternar alimentos secos y húmedos. Un alimento con alto contenido en agua ayudará a prevenir la acumulación de minerales en la orina del gato.
Por último, es indispensable mantener el recipiente de líquidos lleno de agua fresca y limpia, renovándola todos los días; solo así conseguiremos disolver los cálculos acumulados y prevenir la formación de nuevos sedimentos.
Aunque los cálculos pueden presentarse en gatos de cualquier edad o sexo, los gatos machos y de mediana edad son los más propensos a presentar este problema; acudir al veterinario cuando la mascota presente los primeros síntomas es obligación de todo dueño responsable.
Leave a Reply