También conocido como salamandra mexicana o el pez caminante, el ajolote, es un anfibio que ha ganado popularidad por su peculiar aspecto. ¿Habías oído hablar alguna vez de este ser acuático?
En este artículo analizamos las características de estas increíbles criaturas. Sigue leyendo para descubrir todo lo que necesitas saber sobre él.
Características del ajolote
Aunque puede parecer un renacuajo a primera vista, el ajolote (Ambystoma mexicanum) es una curiosa especie de anfibio. Son neoténicos, lo que significa que tienen características físicas de los individuos más jóvenes de su especie, aunque ya hayan crecido y estén en la etapa adulta. Como especie endémica de la cuenca del Valle de México, ha estado en peligro extremo de extinción desde al menos 2006.
El lago Xochimilco, en el valle de la Ciudad de México, es un antiguo lago que ha sido muy importante para la población indígena de México. Desde no hace mucho, se ha convertido en un gran espacio recreativo y de atracción turística donde coloridos barcos vadean arriba y abajo con grandes fiestas a bordo. Desafortunadamente para el ajolote, esto ha ayudado a disminuir drásticamente el número de su población. Además, la introducción de peces depredadores al lago también ha sido un factor contribuyente. Sin embargo, los conservacionistas han implementado refugios y otros esquemas para ayudar a reforzar su supervivencia.
En estado salvaje, este anfibio vive principalmente en aguas profundas donde hay abundante vegetación, pero también de manera ocasional puede salir a la superficie para respirar.
Una de las peculiaridades que más llaman la atención del ajolote es su capacidad, algo que los investigadores aún intentan comprender. Y es que, resulta que tienen la capacidad de regenerar extremidades. Pero a diferencia de otros animales con talentos parecidos (como las lagartijas con sus colas), ellos pueden hacer crecer tejidos como pulmones, ojos, ovarios, la médula espinal incluso el cerebro y corazón.
La ciencia continúa queriendo comprender cómo se lleva a cabo esta capacidad, con esperanza de ayudar algún día a los humanos a hacer lo mismo.
El ajolote se distingue fácilmente por sus peculiares características físicas:
- Cuerpo alargado que puede alcanzar hasta los 30 cm de longitud.
- Un total de 6 branquias externas que residen detrás de la parte superior de la cabeza, absorbiendo oxígeno y expulsando dióxido de carbono.
- Pequeños ojos negros.
- Piel tersa, suave y elástica.
- Dedos finos y alargados.
- Lengua retráctil.
- Diminutos dientes dispuestos en hileras.
- Gran cavidad bucal (boca).
- Cola plana, que sirve como aleta para nadar.
- Vasos sanguíneos muy visibles.
En la naturaleza, el color de los ajolotes puede variar entre marrón, verde y gris, a menudo con manchas de colores más oscuros. En cautiverio podemos encontrar incluso variaciones albinas o de colores más claros, como el ajolote rosa o dorado.
Y para terminar, en cuanto a la reproducción del ajolote, alcanzan la madurez sexual alrededor de los 12 a 18 meses de edad. Una vez al año, las hembras pueden poner alrededor de 100 a 300 huevos, que adhieren a rocas o vegetación acuática. Las crías nacen entre 10 y 14 días después y comienzan su vida sin la ayuda de sus padres.