La relación entre humanos y gatos viene de muy lejos. En ocasiones, estos pequeños felinos (que aunque todavía salvajes, cada vez lo son menos) crean verdaderos vínculos con “sus humanos”. Otras veces, la relación entre gato y humano no es buena y surgen problemas. El comportamiento de los gatos puede ser muy imprevisible, y cuando surgen problemas como la agresividad, es necesario saber cómo ayudarles. Es justo en ese momento en el que la etología felina aparece como solución a problemas como este.
¿Qué es la etología felina?
Cuando hablamos de etología felina nos referimos a la ciencia que estudia el comportamiento de los gatos. Durante el ciclo de vida de un gato desde su nacimiento, este pasa por una serie de etapas a través de los cuales se desarrolla su conducta. Estas son el período neonatal, el período transicional, el período de socialización (probablemente el más importante en los aspectos conductuales) y el juvenil.
Gracias a la etología y los estudios científicos desarrollados en este campo, podemos hacernos una idea de cuál es el modo “natural” de comportarse de los gatos y cuáles son las conductas que se esperan de ellos. Los etólogos consiguen dar explicación a el por qué de su comportamiento y nos ayudan a distinguir cuándo ese comportamiento no es el adecuado, o cómo modificarlo.
La propia etología felina tiene su rama clínica. Se trata de la práctica veterinaria que estudia el comportamiento de los felinos, se encarga de diagnosticar posibles problemas de conducta y constituye un tratamiento veterinario adecuado para solucionarlos.
Redirigir la agresividad de los gatos mediante la etología
En términos generales, la agresividad en gatos se origina cuando, en situaciones determinadas, aparece un estímulo que genera en el gato miedo, malestar, sorpresa o dolor. Pero el estímulo no se encuentra accesible en ese instante, por lo que el felino decide elegir otro blanco que sí se encuentra a su alcance: puede ser otro animal, un objeto u otra persona. Los problemas vienen cuando desde ese momento, el gato desarrolla miedo hacia el blanco escogido, ya que en cualquier momento puede producirse otro ataque.
Por eso, cuando el blanco escogido por el gato es otra persona o animal doméstico del hogar, se crean grandes tensiones y preocupación por parte de la familia, que no sabe cómo gestionar la situación.
Los estímulos que suelen motivar este tipo de conductas en los gatos son:
- Las personas desconocidas en la unidad doméstica.
- La convivencia con otros gatos en el hogar.
- Cambios de vivienda.
- Fuertes ruidos.
- Problemas médicos que puedan estar causándole dolor físico.
El pronóstico de la agresividad felina
Este tipo de agresividad felina es la más común, impredecible y peligrosa que pueden padecer estos animales, por lo que es importante acudir primero a tu veterinario de confianza para que pueda descartar otro tipo de problemas de salud, y después, ser derivado a un especialista etólogo de gatos.
En cualquier caso, deben ser evaluados por especialistas, ya que el tratamiento será muy distinto según la causa que motiva su comportamiento.
¿Tienes gatitos en casa? ¿Crees que alguno de ellos puede estar padeciendo un problema de agresividad? Desde el principio es importante una buena socialización con ellos, así como un buen ambiente en el hogar en el que viven. Si crees que tu gato necesita ayuda, no dudes en acudir a un profesional.
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